Escrito por: Esmeralda García.

Convertir tu pasión en un trabajo es un arma de doble filo que puede que ya conozcas. En el territorio hispano se comienza a hablar un poco más sobre nomadismo digital, en seguir una pasión y hacerla realidad trabajando de forma remota. Y esto es algo realmente bueno, pero comienzan a aparecer opiniones contrarias al movimiento. No se tratan de opiniones mal creadas, todo lo contrario, están basadas en la propia experiencia. Porque la realidad es que todo si no se sabe gestionar debidamente acaba en caos, ¡incluso una vida de sueño viajando por el mundo!.

De arquitecta que se negaba a destruir playas para construir resorts he pasado a marketier, creadora de contenidos, consejera de viajes, organizadora de eventos, emprendedora, freelancer, project manager, fotógrafa, copywriter, blogger, creadora de videos, diseñadora de logos, novia y viajera. Sí, como para volverse loca. Y fue un inicio duro. Aunque eso me ha servido para generar unos buenos trucos y poder hoy, darte unos buenos consejos.

Si eres de las que está trabajando en algo que te apasiona y no quieres llegar a odiarlo, esto va a ser útil.

Cambia de oficina

No te quedes en casa en pijama. Acabarás odiando todos los rincones y la nevera será tu compañera fiel. Acude a espacios de coworking, bares, terrazas, espacios culturales, bibliotecas… Ahora que comienza el buen tiempo no hay excusas para encerrarte entre cuatro paredes que pueden llegar a generar el mismo sentimiento de claustrofobia que tenías en una oficina «normal». Eso de despertarte, trabajar, comer y dormir en el mismo lugar no es muy recomendable para tu salud ni para tu productividad.

Conoce a gente, constantemente

El nuevo networking no son reuniones serias y con traje, ahora hay algo mejor, la convivencia de nuevas ideas y equipos multidisciplinares. Esto está muy relacionado con punto anterior. De nada sirve quedarte en tu burbuja, ¡sal y conoce a gente con inquietudes como tú!. Verás como “tu” idea evoluciona a pasos gigantes. La competitividad y el secretísimo han pasado a la historia. Juntos es mejor.

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Crea tus propios horarios

Y deja de sentirte culpable por no estar trabajando. Elige el momento del día en el que te sientes más productiva y limita ciertas horas de trabajo. Corres el alto riesgo de comenzar a trabajar de forma obsesiva (al trabajar en tu pasión suele ocurrir), se te pasarán las horas, los días y las semanas sin pensar en otra cosa que en la lista de tareas que tienes por delante. No importa, olvida los “debo” “tengo” «necesito». Se realista con tu tiempo, pasea, diviértete y relaja. Sé productiva cuando estés sentada delante del teclado y evita las presiones que el peor de los jefes te impone: tú misma.

La disciplina

Aunque no guste es más que recomendable. Planea y vencerás. Hazte pequeños planes según tus diferentes necesidades, desde actividades que te apetecen hasta las obligaciones. Se consecuente y ten en cuenta que debes dejar un margen de error, no todo puede cumplirse tal y como tienes en tu perfecta cabeza. Con una pequeña lista irás viendo las tareas que vas terminando, ¡celébralas!.

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Separar el viaje del trabajo

Es otra idea que ha salvado mi pasión. Es decir, trabajo es trabajo y viajar es viajar. Separa en bloques, dedica días a trabajar intenso e intercalados con otros de ocio completo. Conoce, descubre, inspírate y alimenta tu creatividad. Pero cuando estés trabajando, emplea tu dinero buscar un lugar cómodo, con buena conexión y descansa en la noche. Los días de viaje, socializa al máximo. Puede que incluso te interese venir a alguno de nuestros retreats.

Lo barato sale caro

Durante tus viajes, a veces es mejor invertir en un alojamiento dónde puedas tener una buena conexión a Internet que andar dando vueltas con tu portátil como una loca buscando una señal de wifi decente. Acepta que vas a necesitar de una conexión, es lo que te permite vivir viajando. Yo lo primero que hago es comprar una tarjeta telefónica con plan de datos. Si necesito entregar algún documentos o hacer un contacto rápido, es suficiente para evitarme mucho sufrimiento.

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Tu cerebro también se alimenta

¡Trátalo bien! Con esto me refiero a una buena dieta. Y hago hincapié en esto porque he comprobado la diferencia. Ahora cuido mucho más lo que como; nada de alimentos procesados llenos de grasas saturadas. Tú productividad está muy ligado a tu alimentación. Tu cuerpo te dará señales de lo que necesitas o no comer, lo que favorece tu energía o te la quita. Por ejemplo, a Pedro el café le da un sueño terrible (y eso que es portugués), ha sido dejar de tomarlo y su concentración ha mejorado al igual que su salud. Estamos acostumbrándonos a comer mucha porquería, esa es la verdad…

No dejes nunca de viajar

Este es mi último consejo, pero no menos importante. Aunque parezca que el momento no es el ideal, que no tienes suficiente dinero, que el trabajo no acaba de llegar, que tu novio no quiere acompañarte, que tu familia te mira raro… lánzate. No tengas miedo y sigue tu instinto, él no se equivoca. Ya fuimos animales nómadas en algún tiempo y a algunos de nosotros todavía nos queda bastante de esa herencia en nuestro ADN. Un regalo que hay que saber aceptar y desarrollar junto con nuestra personalidad emprendedora.

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Esmeralda García es una nómada de corazón, digital de profesión. Experta en marketing digital. Apasionada por la fotografía y escribir. Se retiró de la vida laboral frenética para poder hacer de su vida un viaje permanente.

Y tú, ¿quieres ser también nuestra amiga nómada? Aquí te contamos cómo ¡Anímate!