Escrito por: Anabel Montes.

Myanmar fue mi primer destino fuera de Europa, todo un reto para una mochilera novata en Asia. Tras 18 días allí sólo puedo decir que se me hizo demasiado corto y que es uno de esos países que respira autenticidad,  tanto para lo bueno como para lo malo pero lo que ves es lo que hay y es con eso con lo que te tienes que quedar ¡Vive Myanmar!

1- LONGYI

Es la prenda por excelencia y aunque en las ciudades cada vez se ve mas occidentalización en vestimenta sigue siendo un icono generalizado. Es como una especie de saco que se anuda a medida por la cintura haciéndolo las mujeres a un lado y los hombres al medio, es un tipo de falda. Existe un tipo de longyi mas elegante para situaciones mas formales con una tela mas gruesa y estampados muy discretos pero bonitos consistente en una tela larga que se enrolla alrededor de la cintura de las mujeres. Es tremendamente bonito y queda muy bien pero te obliga a caminar a pasos pequeñitos y confieso que el día que me lo puse para ir a cenar una noche por Yangón me estresaba no poder caminar como estoy acostumbrada aunque precisamente de eso se trata, de desacostumbrarte.

Fotos: Alba López. Lugar: en algún sitio entre Kalaw e Inle.

2-  LA THANAKA

Es un ungüento proveniente de moler las ramas de árbol del mismo nombre sobre una piedra circular y mezclándola con agua que se echan en la cara para protegerse del sol y que además, es un cosmético natural muy efectivo. Aunque lo mas común son círculos en las mejillas y una raya en la frente, muchas chicas jovencitas se hacen bonitos dibujos como hojas.

3- EL BETEL

Es una mezcla de nuez de betel (o de areca), pasta de cal y en algunos lugares, tabaco o especias dentro de una hoja de la misma planta enrollada que los birmanos mastican constantemente. No hace falta fijarse mucho, desde que llegas ves a birmanos y birmanas (las mujeres mayores más que las jóvenes) con los dientes terriblemente rojos, escupiendo constantemente y el suelo y paredes con manchas rojas como si fueran restos de sangre. Es una costumbre milenaria de carácter adictivo, tiene un efecto narcótico leve y es usada por conductores de autobús, taxistas…o cualquier persona para aguantar mas tiempo despiertos, además de a quien simplemente le gusta. Obviamente la tuve que probar, no podía irme de allí sin hacerlo y os puedo decir que sabe muy fuerte, pica en la lengua, no paras de salivar, tienes que escupir de manera constante y que después de unos 15 minutos mascándola estábamos otra viajera y yo, que también la había comido, riéndonos tontamente en un autobús.

4- VASIJAS DE AGUA

Una de las costumbres mas bonitas que vi en Myanmar, sobretodo en pueblos, caminos y pagodas es ver vasijas llenas de agua con vasos (o las mas modernas garrafas de agua con grifo en las ciudades) para que todo aquel que tenga sed, pueda beber.

Foto: Míriam Gimenez. Lugar: Mandalay.

Es la literación mas real de la frase: «No se le niega a nadie un vaso de agua»

5- CHANCLAS DE DEDO EN EL BAÑO 

Las encontrarás en todo baño con ducha. No, no se las ha olvidado nadie, son para que las uses mientras te duchas porque, por si no lo sabes, en Asia la ducha y el baño están juntas y cuando la usas dejas completamente mojado todo por lo que si usas estas chanclas al salir del aseo puedes ponerte las tuyas que están secas y así no mojas lo demás. O puedes secarte los pies con una toalla, todo depende del nivel de escrúpulos de cada persona.

6- EL CHORRITO DE AGUA

Para limpiarte después de ir al baño en vez del papel higiénico. Si, es en todo Asia pero fue la primera vez que lo ví y me quedé impactada por lo práctico y útil que es. Remilgos fuera y listo. Principalmente, es que no se debe tirar nunca ningún papel u otro desecho por el baño ya que no existe eso que se llama un buen sistema de tuberías, por no existir no existen ni cloacas en la inmensa mayoría. Eso si hay un baño y no el agujerito en el suelo con un cubo al lado lleno de agua para que viertas después. Todo auténtico.

7- LAS SILLAS Y MESAS DE COLORES TAMAÑO GUARDERÍA

Son lo que en occidente podríamos llamar la terraza de un bar. Normalmente, son teterías pero también puedes comer en ellas. Me encantan.

Foto: Nikolai Chachni. Lugar: Yangón.

8- COMIDA TÍPICA

Depende de la etnia a la que pertenezca el lugar donde vayas a comer cambia pero tienen influencias parecidas. Personalmente, siendo vegana me veo limitada a la hora de probar la comida local pero eso no es un problema en Asia.

¡Hay opciones veganas que están buenísimas! La ensalada de hoja de té o de limón, los magníficos currys de verduras, los noodles, las variadas y sabrosas frutas…ser vegano es fácil en un país budista pero aún así, intenta confirmarlo.

Lo que me llamó la atención es que pides un plato para comer y de repente tienes 6 delante tuyo…quiero decir, en un lugar pedí un curry de verduras (importante recalcar que el picante en Asia es 10 veces más picante que aquí, ojo con eso porque te puede arruinar el día) y te sirven tu plato de curry y otros platos cuyo contenido echas al gusto con lo que tu has pedido: uno de arroz blanco, uno de verduras crudas; otro de una pasta de pescado seco que huele terriblemente fuerte; otro de sopa que suele ser de pescado; otro de verduras cocidas como coliflor; otro de picante en polvo y otro de salsa de soja con chili verde y ajo.

Cocinan muchísimo con aceite, si vas a comer o cenar en un market local prepárate para una buena dosis de comida aceitosa aunque no menos deliciosa. Eso si, depende de en que lugar estés no puedes estar segura de lo que comes cuando la barrera del idioma se hace patente…¡en Pyin Oo Lwin compré aros de pescado convencida de que eran aros de cebolla! Hay que tomárselo con humor siempre.

Les encanta el dulce: los bocadillos birmanos que toman con el té o las tiendas de chuches por todos lados ¡Recomiendo los caramelos de tamarindo y el palo de azúcar de caña!

9- OLVIDAROS DE CUALQUIER NORMA DE CONDUCCIÓN O VELOCIDAD

Después de dos viajes en autobús tomé la firme decisión de echarme a dormir y no mirar nunca más que hacía o dejaba de hacer el conductor. Cada uno va hacia donde quiera y como quiera, basta con un toque de bocina para avisar. Tengo tres recuerdos concretos: El primero fue la primera vez que cruzé una carretera…o cruzas o no cruzas pero nadie se va a parar a esperar que lo hagas. El segundo yendo en viaje nocturno de Bagan a Kalaw subiendo un puerto de montaña a las 2 de la madrugada a muchísima velocidad cuando no se le ocurre al conductor mejor cosa que adelantar a un camión en curva cerrada hacia nuestra derecha cuando aparece otro autobús, también rapidísimo, en dirección contraria. Y el tercero en la ciudad de Inwa, donde conseguí que un local me llevara en su moto por 1000 yats en vez de los 6000 que los conductores de carros de (pobres) caballos pedían a cualquier persona que fuera extranjera. En serio, temí por mi vida de manera constante pero fue una experiencia inolvidable.

También impacta ver a 5 personas en una moto con los niños pequeños, bolsas de comida, maletas, animales y todos sin casco…o la gente en el techo de las vans de viaje. Hay autobuses decorados horteras pero con encanto donde te dan una mantita para que te tapes al dormir y una botella de agua; mototaxis; el típico «trishaw» que es un taxi-sidecar pero bicicleta; vans con «asientos» laterales o en las que directamente vas sentada en el suelo. Un consejo: ¡agárrate!

 Ellos conducen así, mejor échate a dormir o disfruta del paisaje y no te amargues el trayecto.

10- HACERSE FOTOS CONTIGO

Te vas a sentir muy rara cuando te pidan hacerse fotos contigo o simplemente a ti. Me pasó todo el viaje pero sobretodo cuando estuve sola. Te van a hacer fotos, te van a grabar cuando pasas o directamente habrá una cola de personas esperando amablemente para sacarse una foto contigo. En mi caso personal, me sorprendió gratamente que les encantaban mis tatuajes y que a cada paso que daba oía algo referente a ellos. En concreto, ascendiendo al Monte Popa en Bagan, un monje budista pasó a mi lado y me dijo: «Beautiful tattoo» Creo que fue lo mas inesperado y raro que me pasó en mi vida. ¡Cosas que te pasan cuando estás en el otro lado del mundo!

11- IMPACTO ECONÓMICO

Sabía de antemano que Myanmar era un país muy pobre en dinero pero hasta que no lo ves directamente no te das cuenta de las diferencias reales. Lo que mas me marcó era ver gente durmiendo sobre tablas con una manta y techos de palmera con un móvil enorme en sus manos publicando en facebook…una occidentalización tecnológica bastante dura. Que cada uno saque sus propias concluciones.

Mirar a la pobreza directamente a los ojos es algo que cambia tu mundo para siempre pero todo el mundo debería ser consciente de la realidad que existe y ayudar en lo que pueda a cambiarla.

12- RIQUEZA DE ESPÍRITU

Pero sin duda alguna lo que más aprendí en mi viaje a Myanmar y me marcó muy dentro es su forma de ver las cosas y vivir. Son gente buena que te ayudan siempre, tanto si lo pides como si ven que la necesitas. Saca un mapa en medio de algún lado y en menos de diez segundos vendrán a ayudarte. Tengo un recuerdo en concreto de unas niñas que apenas si tenían para comer y me regalaron unas bananas cuando mi barca salía del muelle porque había estado jugando con ellas un rato antes.

No hay por qué enfadarse, no hay por qué gritar, no hay prisa ninguna. Hay que ser amable con los demás porque nadie tiene la culpa de lo que te suceda y lo que te sucede, siempre tiene solución. Hay que desaprender nuestros hábitos de conducta y escuchar a gente tan pura como la que hay repartida por el mundo. Solo tienes que estar dispuesto a querer escuchar con tu mente y tu corazón.

No retengas las cosas que te hacen mal. Vive el momento que tienes delante, se feliz y no ansíes. Regala sonrisas y ayuda siempre a los demás. Solo con eso, tu vida será mucho mas feliz.

Foto: Alba López. Lugar: Shwesandaw Pagoda, Bagan.

¿Has viajado por Myanmar? ¿Qué más has aprendido durante tu viaje?

 

Y tú, ¿quieres ser también nuestra amiga nómada? Aquí te contamos cómo. ¡Anímate!