Rakel es de esas personas que llega a tu vida sin que lo esperes. Un buen día, decide contactarnos para escribir un pequeño relato que finalmente se convierte en algo mucho más grande.
Su humilde forma de ser la hace hablar de otras mujeres: las que le inspiraron, las que le removieron por dentro y han hecho de ella la mujer que es hoy. Pero queremos que primero la conozcas a ella para, más tarde, conocer a otras mujeres a través de sus visionarios ojos. Esta mujer que habita su parte del planeta dejando huellas que seguirías con los ojos cerrados, porque sabes, desde que la empiezas a leer, que Rakel es de las que persigue y consigue sueños.
Una historia motivadora donde las haya que te hará temblar por dentro de emoción.

Escrito por: Rakel Nuñez Lillo.

Desde pequeña fui una gran lectora que soñaba con viajar y descubrir yo misma cosas inimaginables en la sociedad que habito. A los 18 años, empecé a buscarme la vida por España, seguí por Europa y de ahí…¡al mundo!

Viví y trabajé en Alicante, Barcelona, Madrid, Holanda… Viajé por Argentina, Laos y Camboya. Mis primeros tres viajes de varios meses, fueron con amigos de confianza y en el tercero, terminé sola el camino. Cuando seguí sola, tuve el cuerpo empapado en adrenalina durante dos meses, conociéndome a mi misma, protegiéndome, escuchándome… Se abrió una puerta. A partir de ahí, decidí que no pararía de seguir mi intuición hasta que me cansara.
En uno de mis viajes en Camboya, durmiendo en un pajar, una garrapata me transmitió borrelia. Estaba enferma pero aún no sabía cuanto de grave, no tenía mucho dinero ni seguro médico, así que volví.

Me puse a trabajar para volver a Asia y entonces me vino a visitar una encefalitis (souvenir de Camboya), tumbándome por meses en una cama. Esto no cejó en mi empeño por regresar.

 

Cuando me recuperé solo quería volver a irme…Yo sé que mi madre, antes orgullosa de mi modo de vida , ahora tenía mucho miedo. Pero… si te caes en la bañera ¿dejas de ducharte? ¡Pues eso!

Después de ese traspiés, viví y trabajé en Alicante, Francia, Candanchú, Ibiza, Formentera y viajé por Marruecos y Polonia. Mi manera de funcionar era irme tres o cuatro meses al año sola con la mochila (a veces hacia alianzas por el camino) y cuando necesitaba dinero volvía a España y buscaba trabajo algunos meses de camarera en algún lugar que quisiera conocer y luego vuelta al extranjero. Una corazonada o conexión personal con alguien, me llevaba al siguiente destino. Era una búsqueda y un disfrutar del camino incierto.

Así estuve años en movimiento constante, hasta que en una de mis aventuras, comenzó a crecer un bebé dentro de mí. Volví a mi ciudad, me enamoré de una gran persona y formamos una familia.
De eso hace 5 años y he hecho del viajar un emocionante aprendizaje para mi retoño.Ya nunca estoy más de tres meses fuera porque, Maël de 4 años, empieza a extrañar su casa y sus comodidades cada vez más.Y porque mi vida ya no es la misma tampoco. Maël participa en los preparativos, opina y a veces me dice: “Mamá, este hostel será barato pero huele mal”.

Maël en el sur de Sri Lanka

Nos alojamos siempre que podemos en hostels o casas de huéspedes locales y si hacemos actividades para ver animales en libertad (en cautividad nunca), consultamos la sección de turismo responsable de la web de FAADA.
A la vuelta vamos a su escuela y hacemos un resumen del viaje para sus compañeras y compañeros. Eso lo vive con gran ilusión.

Mis primeros viajes, los tomaba como los grandes exploradores, abriéndome paso entre la maleza sin saber qué me deparaba después. No llevaba ni guías de viaje. Me compraba un mapa de carreteras y en una libreta escribía consejos y algún nombre de alojamiento por si las cosas no fluían solas. Ahora, viajando en familia, combinamos la improvisación con alguna reserva en alojamientos interesantes para niños y algún taxi, pero seguimos usando mis antiguas herramientas de viajera: couchsurfing, voluntariado, autostop, transporte público, intercambio de casa y comida por trabajo.

En familia hemos hecho voluntariado y viajado por Nicaragua, trabajado de temporer@s en Francia, visitado Maldivas y Dubai y, este año, recorrimos medio Sri Lanka en un mes.

Marruecos

 

«Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente; enfrentar solo los hechos esenciales de la vida y ver si no podía aprender lo que ella tenía que enseñar. Quise vivir profundamente y desechar todo aquello que no fuera vida…para no darme cuenta, en el momento de morir, que no había vivido«. – Henry David Thoreau

Y tú, ¿quieres ser también nuestra amiga nómada? Aquí te contamos cómo. ¡Anímate!