Viajar no es necesariamente desplazarse miles de kilómetros a algún lugar remoto, para mí viajar es estar en continuo movimiento, sintiendo la esencia de cada lugar que descubro… ¡La vida es un viaje, siéntelo cada día!

Cuando exploro algún lugar y con el tiempo el recuerdo vuelve a mi memoria haciéndome sonreír, me doy cuenta, que no es importante a cuánta distancia está ese lugar, lo importante son las sensaciones que sentí estando allí.

Muchas veces desestimamos lo que tenemos más próximo pensando que algún día iremos, no hay prisa, como está cerca ya iré. Pero espera, piensa por un momento en la cantidad de personas que se desplazan desde otros países para ver una playa, monumento, montaña… ¡que tú tienes tan cerca!

Es un error pensar que lo lejano siempre es mucho más interesante que lo cercano, así que si vives o estás unos días cerca de Barcelona (España), quiero proponerte una ruta por la montaña, donde sentirás la fuerza que transmiten las piedras a cada paso que des, respirar aire fresco y mirar el mundo desde lo alto de la montaña de la Mola, subiendo por el Camí dels Monjos.

Para hacer esta ascensión cualquier época del año es buena, de día o de noche, no importa si eres experimentado en caminar por la montaña o si es tu primera vez. Es una excursión para todos los públicos.

La idea es salir por un día de la ruidosa ciudad, adentrarte en el silencio de la naturaleza y dejarte envolver por este espacio natural situado en la mitad de la cordillera Prelitoral que forma parte del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt en Barcelona, Cataluña (España).

Para llegar a la cima hay varios caminos, pero te recomiendo el Camí del Monjos. Este camino era el utilizado antiguamente por los monjes que subían al monasterio que hay en la cima de la montaña y, si te fijas bien mientras vas por los senderos, puedes ver cuevas donde se refugiaban cuando llovía. También encontrarás zonas de miradores naturales, donde puedes hacer un alto en el camino para admirar las vistas, y descubrir animales y plantas en un entorno muy relajante.

El Camí del Monjos comienza en un parking donde podrás dejar el coche, en la urbanización de Matadepera, concretamente en la calle Vista Alegre. Desde ahí camina hacia una pronunciada subida con piedras, que aunque visualmente puede desanimar, te aseguro que es la parte más dura de toda la ruta. A mí esa subida me hizo resoplar, pero reconozco que fue ideal para hacer el calentamiento inicial para el camino.

Superada esa subida solo tendrás que seguir la señal de la izquierda que indica el sendero, y disfrutar de la caminata hasta llegar a la parte más alta de la montaña de la Mola, donde se encuentra el histórico monasterio románico Sant Llorenç del Munt (S. X).

La cima de la montaña de la Mola está a 1.104 metros de altitud y se suele tardar un par de horas en llegar allí… Bueno, 2 horas tardarás si te pasa como a mí, que voy a mi ritmo y me paro hasta a mirar a las hormigas… Así que no te voy a decir cuánto tardarás hasta llegar, porque cada una tiene su ritmo y a la montaña hay que ir como por la vida: ¡sin prisa, pero sin pausa!

El monasterio de la cima de la montaña de la Mola, está actualmente reconvertido en un restaurante museo. Este restaurante es ideal si quieres disfrutar de un completo menú de productos típicos catalanes con unas increíbles vistas, pero recuerda que es necesario hacer la reserva con antelación porque suele llenarse bastante.

Como dato curioso del restaurante, te cuento que las encargadas de aprovisionar todo lo necesario para el funcionamiento del restaurante son unas mulas, ya que el acceso en coche hasta la cima no es posible. Quizás puedas cruzarte con ellas en tu camino, o si no, seguro puedes encontrar indicios de que pasaron por allí, así que… ¡cuidado dónde pisas!

Otra opción para comer, es llevarte tu propia comida en la mochila y sentarte en los prados que rodean el monasterio y comer admirando las increíbles vistas desde el punto más alto del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt.

Después de comer, puedes ir a ver la capilla del monasterio, visitar las cuadras de las mulas y mirar la rosa de los vientos donde se indican los nombres y posiciones de las montañas de los alrededores.

Y como todo lo que sube siempre termina bajando, el camino de vuelta es exactamente el mismo que el de subida, con lo que no tiene perdida.

Seguro que hay muchos lugares a los que puedes viajar un día cualquiera para salir de tu monotonía, lugares que te hacen conectar con tu momento presente, lugares donde el sentido de viajar cobra otras dimensiones más sencillas, pero no menos importantes. Y recuerda, que esos lugares están mucho más cerca de lo que crees… ¿A qué esperas para salir a explorarlos?