Escrito por: Ale Manzanilla.

Viajar es una de las cosas en la vida que más te enseñan de la propia vida, eso es algo que he comprendido con los pocos o muchos viajes que he hecho. Cuando viajas, parece que cierta magia ocurre, de pronto descubres nuevas cosas, sabores, colores, paisajes que jamás pensaste encontrar; el mismo mundo te hace partícipe de todas sus maravillas.

Pero, ¿qué sucede con todo lo que está detrás de la cortina “ideal” de los viajes? ¿Verdaderamente los viajes son siempre y todo el tiempo de “color de rosa”?, ¿qué sucede con esas cosas que no salen de la manera perfecta cuando elegimos viajar?

Hola, mi nombre es Ale Manzanilla y soy blogger en www.descubreteviajando.com. Soy una mujer de 25 años que ama viajar sola. Quizás tú que me lees, también disfrutes del placer que es viajar sola como mujer, pero estoy segura que de igual manera, habrá muchas mujeres leyéndome que nunca lo han hecho y piensan que nunca podrían.

Hoy no vengo aquí a platicarte los beneficios de viajar sola o solo, o convencerte para que puedas hacerlo por lo menos una vez en la vida. La realidad es que hoy vengo a hablarte de esa parte “no ideal” de los viajes, en específico de esas cosas que nadie te dice cuando tomas la decisión de irte de viaje sola.

Siendo mujeres, cuando alguna se aventura a tomar la decisión de irse sola de viaje, un montón de cosas externas e internas suceden. Para la que se va, seguramente un montón de sentimientos la embargan (dudas, miedos, nervios, emoción, amor, etc.), y a los que se quedan les sucede algo similar.

Mi intención no es dejar de lado a los chicos que viajan solos, pero me enfoco mucho al viaje en solitario de mujeres, porque aún en pleno siglo XXI, existen muchos prejuicios acerca de una mujer que elige viajar sola a algún sitio.

Me he topado con muchas personas que me dicen: “¡Wow! Que increíble debe ser viajar sola y tanto, por tanto tiempo. ¿Cómo le haces para ser tan valiente?” o “¿Pero cómo te vas a ir de viaje tú sola?, ¿estás consciente de los peligros que hay en el mundo?”

Bueno, pues precisamente hoy no te vengo a hablar de todos esos comentarios que seguramente has escuchado si alguna vez te has ido de viaje sola, o has pensado que son las cosas que más personas nos dicen a las chicas viajeras. Hoy vengo a hablarte de todo lo contrario.

Bueno, sin más preámbulo, aquí te cuento de 5 cosas que nadie te dice cuando decides irte de viaje sola y que son muy posibles que te sucedan durante tu viaje:

1.- Viajar sola te hará descubrir cosas de ti misma que quizás no te puedan gustar.

Viajar ayuda a autoconocerse. Ese ha sido uno de los mejores aprendizajes que los viajes me han dado: poder saber quién soy.

En lo personal, creo que una de las claves en nuestra vida, siempre debe ser el autoconocimiento. ¿Por qué? Porque conocerte es como si supieras… ¡como si tuvieras un manual de cómo funcionas! Sabes qué te gusta, qué te desagrada, qué amas, qué odias, hacia dónde sí y hacia dónde de plano no.

En un viaje a solas, vas a pasar tanto tiempo contigo misma, que aprenderás a escucharte, a disfrutar de tu compañía, a amarte un poquito más, pero también vas a descubrir (o reafirmar) nuevas cosas que quizás no conocías de ti misma, y esas cosas te pueden o no gustar.

Yo siempre digo que el autoconocimiento es algo en lo que no muchos quieren adentrarse, porque simple y sencillamente es algo que duele hacer. Conocerse no es bonito muchas veces, porque cuando lo haces, te vas topando con muchos demonios que cuesta mucho trabajo sacar a la luz.

Para mí, viajar sola ha sido una gran herramienta que me ha conducido a conocerme mejor. Y durante el viaje, he descubierto un montón de cosas de mí misma que pensaba que no estaban dentro de mi alma, cosas que odio de mí misma, o que me gustaría cambiar.

Reflexionar y preguntarse todo son cosas claves que suceden generalmente cuando viajamos solos… El preguntarte verdaderamente qué quieres hacer, a dónde ir, qué comer, pero también cosas mucho más profundas como qué quieres hacer por el resto de tu vida o si quieres verdaderamente estar con esa persona a tu lado.

Las respuestas que puedes ir encontrando por el camino muy posiblemente no te van a agradar, porque harán que quieras cambiar cosas de tu vida y los cambios siempre asustan, ¿no? Pero cuando te das cuenta de lo que tienes que cambiar para que tu vida logre dirigirse hacia dónde tú desees y no hacia dónde los demás quieran, es cuando la fuerza para cambiar emerge de ti.

2.- Viajar sola cambiará la perspectiva que tienes del mundo.

Para bien o para mal, casi puedo asegurarte que, cuando estés viajando sola, algo va a cambiar que te haga ver al mundo con otros ojos.

Y digo que para bien o para mal porque, a veces, el viaje te enseñará y te abrirá tanto los ojos que es muy posible que descubras cosas que pueden no agradarte del mundo en el que vivimos.

Cuando viajamos solos, es mucho más sencillo poder fundirnos de una manera más completa en la cultura y tradiciones de algún país o lugar. Y aunque eso es increíble porque eres capaz de conocer las cosas y las personas tal y cómo son, a veces también te hace cambiar tu perspectiva.

Hay muchos lugares en el mundo, en los que las condiciones de vida son deplorables, en los que podrás ver con tus propios ojos como la gente sufre y llora, podrás ver el dolor que las personas viven y han vivido, y eso a veces puede ser difícil.

Yo pienso que la magia de los viajes es que nos enseñan un poquito de todo. Aprendemos de cada nueva cultura, de cómo la gente ama, ríe, sueña, come, reza, pero también de las formas en las que ha sufrido a lo largo de su historia.

Bien dicen que quien no aprende de su historia está condenado a repetirla. Y con esto me refiero a que, durante el viaje, lograrás cambiar tu perspectiva de muchos de los lugares que visites, de verdaderamente cómo son, de cómo la gente ha luchado para poder ser más libres, y de cómo lo hacen hoy en día.

Y aunque muchas veces eso te pueda partir el corazón de dolor, también creo yo que te hace valorar muchísimas cosas de tu vida. La libertad de la que gozas, los placeres que puedes experimentar, que puedas darte un baño todos los días o comer un plato de sopa caliente, que puedas despertarte todos los días.

Todas esas experiencias que podrás tener (buenas y malas), harán que tu perspectiva del mundo y de ti misma cambien muchísimo. Serás capaz de observarte tan pequeña en un mundo tan grande y plagado de tantas sorpresas, que eso solamente alimentará tus ganas de ser mejor persona y mujer, de valorar más cosas y, a la vez, de querer dejar algo bueno por cada lugar que pases.

3.- Viajar sola a veces podrá tornarse difícil.

No lo digo porque seamos mujeres y por eso seamos “débiles” o “menos capaces” ante la sociedad. Pero es cierto que a veces podrás tener algunas dificultades con culturas y personas diferentes que se puedan cruzar por tu camino.

El mundo está plagado de cosas sorprendentes, pero también de muchos retos a los que deberás enfrentarte. Y muchos de ellos, no serán fáciles, viajar sola unas veces no es sencillo y  muchas veces estarás en situaciones que te hagan preguntarte si estás en el lugar correcto.

Vivirás experiencias que no siempre serán bonitas o placenteras, sentirás tristeza o añoranza alguna vez, te morirás de miedo por lo menos en una ocasión, y es muy probable que puedas terminar llorando en algún punto de tu viaje (por diferentes razones).

No te digo esto para asustarte, no, lo hago simplemente porque es cierto. Y eso no significa que esté mal, somos seres humanos y una de nuestras mayores virtudes es ser capaces de poder sentir, tanto lo bueno como lo malo.

Desgraciadamente, en muchos lugares del planeta, aún por el simple hecho de ser mujeres, podemos ser propensas a sufrir ciertos peligros. ¿Cuántas veces te han dicho en tu casa que te vayas con cuidado? Bueno, pues eso sucede de igual manera cuando elegimos irnos solas de viaje, debemos ser cuidadosas y protegernos a nosotras mismas.

Tampoco quiero espantarte, el mundo es en su mayoría un lugar en el que todavía podemos tener fe, pero habrá muchas situaciones en lugares de los que deberás cuidarte un poco más y extremar precauciones.

No quiero decir con esto que viajar sola sea super peligroso o que nunca en tu vida se te ocurra hacerlo. Simplemente quiero decirte a ti que me lees, que habrá situaciones en las que el viaje pueda tornarse difícil, cosas que te puedan pasar que no sean las más bonitas del mundo.

Pero yo pienso que tampoco hay que vivir con un miedo permanente por eso, si no te avientas nunca sabrás que hay del otro lado. Y eso sucede cuando decidimos irnos de viaje solas, elegimos intentarlo, irnos, abrir nuestras alas y volar para poder encontrar aquello que el mundo tiene preparado para nosotras.

Así que ve, cuídate, vas a ir aprendiendo a confiar un poco más en ti, apóyate en tu maravillosa intuición (si algo no te late, no lo hagas), pero, sobre todo, ve con todas las ganas de experimentarlo todo. Lo maravilloso de los viajes y de los seres humanos es que podemos aprender de cada sentimiento, emoción y experiencia, así que aprovéchalo.

Además, ¿te digo algo? A veces viajar sola como mujer es mucho más seguro y fácil. De alguna forma te vuelves un poco más confiable para los demás, no representas ningún riesgo y la gente te ve como una persona segura.

Mi consejo es:

«Relájate, tampoco busques controlar todos los momentos o situaciones, en la incertidumbre a veces radica la magia. ¡Déjate sorprender!»

4.- Cuando viajes sola, nunca vas a estar sola.

A menos que de verdad lo quieras, pero siempre, siempre habrá alguien. Muchas personas creen que viajamos solas porque no tenemos a nadie que nos acompañe, pero la verdad es que en un viaje en solitario es cuando más estás acompañada.

Primero que nada, y obviamente, te tienes a ti, y esa sin duda es tu mejor compañía. Pero créeme que nunca estarás sola, desde el primer día habrá alguien que te quiera tender la mano, ayudarte, consolarte, que quiera conocerte o platicar contigo.

La magia del viaje en solitario (sin importar tu sexo), es que vas completamente abiertx a muchas posibilidades, y una de ellas es poder conocer, conocer todo y a todos los que desees.

Generalmente, cuando viajamos acompañadxs (ya se de nuestra pareja, familia o amigos), estamos solamente con esas personas, pero cuando viajas solx, de alguna manera te obligas a hablar con los demás, con tus compañeros de hostal, con compañeros de viaje de todo el mundo y con los locales.

No necesitarás ser la mujer más sociable del mundo para ello, créeme que no requerirás de un gran esfuerzo, simplemente se dará. Parece que los viajeros solitarios somos interesantes para los demás, podrás darte cuenta en cómo la gente se acerca a ti, te tratará de ayudar o de preguntarte algo.

Así que no estarás sola nunca, a menos que de verdad esa tu intención. Pero estoy completamente segura que, cuando alguien emprende un viaje en solitario, vuelve con muchísimos amigos que conoció por algún lado del mundo.

Y esa es una de las mejores recompensas de viajar, el poder conocer no solamente otras culturas, sino a un montón de personas, compartir diferentes puntos de vista del mundo, experiencias, anécdotas, creencias, historias y tradiciones.. ¡y eso es algo increíble!

5.- Para viajar sola, necesitarás de mucha voluntad y fuerza.

Estoy plenamente consciente que viajar sola no es para cualquier mujer. Hay muchas para las que no les parece una idea interesante ni algo que harían por simples intereses personales, simplemente no les llama la atención.

Es completamente respetable, como en todo en esta vida, ¡qué bueno que existen diferentes aficiones y gustos! Y lo mismo sucede con los viajes en solitario: hay mujeres a las que no les agrada viajar de esa manera, no quieren probarlo, e incluso que lo hicieron en algún punto y no acabó por convencerlas.

Si hay un comentario (de los que sí nos dicen cuándo elegimos irnos solas) es el de: “Eres muy valiente por irte sola”. Bueno pues ¿qué crees?, en gran parte tienen razón. Sí, en cierto modo en esa decisión existe algo de valentía.

En lo personal, no me gusta considerarme como “valiente” por irme sola al otro lado del mundo, aunque literalmente y según el diccionario, la valentía signifique la determinación de enfrentarse a situaciones arriesgadas.

Sí, para irte sola, en parte necesitarás de esa enorme determinación diaria de poder enfrentarte con cosas y situaciones que puedan ser difíciles, como te lo decía arriba. Pero a mí me gusta más poder llamar a esa determinación, simplemente fuerza de voluntad.

¡Ay, la fuerza de voluntad! Tan requerida siempre en nuestras vidas, y a la vez tantas veces la dejamos arrumbada en un cajón porque sentimos un miedo tremendo de usarla. ¿Por qué? Porque como toda fuerza, requiere de algo que la haga estallar para temer una reacción, y muchas veces no estamos dispuestos a hacerlo.

«Bien lo dijo Einstein: “Hay una fuerza más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”. Yo siempre lo he dicho, cuando alguien de verdad quiere, quiere. Porque tendrá la voluntad de luchar por lo que desea».

Y aunque obviamente hay sus excepciones, creo firmemente que el poder que tiene una persona para que prevalezca su voluntad, es un gran acto de madurez y fuerza. En los viajes en solitario pasa lo mismo, requerirás de muchísima fuerza para poder enfrentar cada nuevo reto que el camino te presente.

Podrás tener malos y buenos momentos, eso no lo controla nadie, las sorpresas pueden lloverte de todos lados, pero lo importante es aprender a sobrellevarlas. Estoy segura de que miles de sentimientos rondarán por tu alma, que habrá días en los que el miedo te apanique a no hacer algo que en el fondo sabes que mueres por hacer, y ahí entra tu fuerza.

«Una vez mi papá me dijo una frase que me gusta mucho: “A quien no lava los platos, no pueden caérsele”. Si no lo intentas, nunca sabrás qué nuevas cosas hay por descubrir. Sí, podrán ser malas o desagradables, pero las nubes grises también forman parte del paisaje, solamente tienes que tener la voluntad de querer mirarlas».

Los viajes, en general (acompañadxs, solxs, en familia, en pareja, de trabajo, etc.) no siempre y necesariamente son “color de rosa” todo el tiempo. Muchxs vemos quizás todo lo bonito, las hermosas fotos compartidas, las risas, los nuevos paisajes o ese delicioso platillo que acabas de descubrir, pero creo yo que también hay cierta magia en lo que está detrás.

Aquello que quizás no te salió bien, esas anécdotas de cómo te perdiste, o cómo sentiste miedo, aquella vez que te sentaste a llorar en medio de la calle porque te sentías confundida, sola o triste. Esos accidentes, o esas experiencias en las que batallaste de alguna manera, también se acaban convirtiendo en tus anécdotas, en tus historias increíbles que acabas contando con muchísimo orgullo.

Viajar sola o solo es una experiencia magnífica. Como mujeres, quizás por razones históricas y de tradiciones, aún hoy en día existe la idea de que no podemos, que somos débiles, que es muy peligroso, etc.

La gente opinará siempre, pero creo yo que más allá de los comentarios que te puedan decir, siempre debe prevalecer lo que tú desees, aquello que haga estallar tu corazón de emoción.

¿Habrá cosas que puedan salir mal? Claro, eso es innegable, nada en este mundo es seguro, pero a veces las mejores cosas llegan de algunos accidentes. La vida, los viajes y todo en este planeta tiene ese grado de incertidumbre que nos puede asustar, pero si no sales a enfrentarlo y a vivirlo, no sabrás nunca si esa incertidumbre puede convertirse en algo extraordinario.

¡A vivir!

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