Escrito por: Isabel Rodríguez.

 

Me llamo Isabel, y junto a mi pareja tengo dos hijos, de 4 y 7 años.  Es decir, somos una familia. Más concretamente, una familia que está descubriendo el lado nómada de la vidaPara nosotros ser una familia nómada ha sido un deseo interno del que hemos comenzado a ser conscientes hace relativamente poco. Pero ha irrumpido con una fuerza enorme en nuestras vidas. Nos hemos dado cuenta de que no permanecer atados a ningún lugar ni idea o forma de vida nos puede permitir desplegar con una gran libertad tres aspectos esenciales:

  • El aprendizaje
  • El trabajo
  • Viajar

Es muy curioso y paradójico, porque la forma en la que se hacen habitualmente las cosas en estos tres ámbitos, especialmente en los dos primeros, no gusta a casi nadie; pero, por otro lado, apenas hay gente que intenta cambiar nada. Es más, si alguien intenta cambiar algo, su entorno se pone rápidamente en contra y lo tacha de locura.

Pero vayamos contando nuestra experiencia, paso a paso…

Libres para aprender: worldschooling

Aulas abarrotadas, niños sentados desde su más tierna infancia, durante horas y horas en sus sillas. Todo el mundo habla de la importancia del movimiento para evitar enfermedades y para acompañar el desarrollo intelectual, pero esta información no parece haber llegado a los colegios.

Niños que tienen que pedir permiso para ir al baño, para comer… Y sin embargo, respetar el ritmo de las necesidades fisiológicas básicas es respetar al ser humano.

columpio

Desde el principio descartamos algo así para nuestro hijo. Por eso buscamos para él una escuela Waldorf, donde se respetaran más sus ritmos, su desarrollo, y donde tuviera garantizado un contacto con la naturaleza y con materiales naturales…

Pero el punto de inflexión en cuanto a nuestro entendimiento acerca del aprendizaje fue cuando visionamos el documental La educación prohibida (aquí tienes un resumen).

La educación prohibida nos abrió los ojos a la idea de que el ser humano aprende por naturaleza, de que el aprender sucede como el crecer. Es algo innato. Lo extraño es que el ser humano no aprenda, si se le permite hacerlo, y esto es algo que solo ocurre cuando existen problemas psicológicos o físicos de algún tipo (y en esos casos, sería mejor ocuparse de esos problemas antes de insistir en aprender unos contenidos).

Sólo es preciso el acompañamiento de adultos motivados y dispuestos a respetar las necesidades básicas (sueño, alimentación, actividad física…) y a estar atentos a las necesidades de aprendizaje. Quizá proporcionando, si es preciso, personas expertas y/o lugares donde profundizar. Así, el aprendizaje va fluyendo, al ritmo de cada niño.

La educación prohibida nos dio el empuje para trasladarnos a la provincia de Alicante, para que nuestro hijo pudiera acudir a la escuela libre Ojo de agua. El propio Ojo de agua y todas las personas que se asientan por la zona en búsqueda de una educación y una vida en armonía con la naturaleza y con el ser humano nos han permitido crecer, ir cambiando perspectivas y dar muchos pasos hacia una mayor libertad y respeto como familia y con los que nos rodean.

Pero durante estos últimos años en Alicante yo he sentido muy viva la necesidad de moverme. Hemos barajado muchas veces irnos a vivir a Alemania, pero no veíamos la manera de continuar en la línea de la educación respetuosa allí, porque, a pesar de que hay bastantes escuelas libres, no encontrábamos una a nuestro gusto.

Hasta que la noción de worldschooling ha llegado a nuestras vidas y estamos viendo factible el implementarla.

¿Qué es el worldschooling?

Como decíamos, partimos de la idea de que el ser humano aprende cualquier cosa por naturaleza, igual que por naturaleza va a caminar, a hablar o a comer. Es una cuestión evolutiva.

¿Y qué mejor entorno para aprender que el propio mundo, lo que nos rodea? Podemos lanzarnos a hacer worldschooling en nuestro entorno, haciendo excursiones por la zona, visitando museos, descubriendo animales locales… las posibilidades son infinitas. El caso es salir de casa… ¡al mundo! (aquí tienes una entrevista muy interesante sobre la importancia de salir para los niños).

Durante un viaje algo más lejano esto es todavía más claro: idiomas, costumbres, olores, casas, juegos, comidas, amigos, paisajes… todo diferente, listo para ser vivido y explorado.

haciendo fotos

A nosotros, a día de hoy, nos apetece probar la opción del worldschooling en su lado más purista, haciendo viajes largos en familia. 

Pero tampoco tenemos claro ni decidido cuánto tiempo vamos a estar viajando ni qué tipo de viajes vamos a hacer.

Lo que nos gusta, lo que queremos, es ser libres para poder movernos. No estar atados a ningún lugar.

Libres para viajar: con niños también se puede

Desde pequeña, cambiar de lugar, ya fuera de lugar de residencia (mis padres eran funcionarios y lo hicimos un par de veces) o por vacaciones, me llenaba de emoción. El movimiento, el coche, el autobús, el tren… Esa sensación de hormigueo por la zona del pecho que todavía siento ahora cuando planeo un viaje.

Tampoco olvidaré la ilusión con que, con 17 años, crucé por primera vez una frontera, la frontera con Francia, en la excursión de fin de curso de COU.

Pero el gran momentazo de mi vida fue el año Erasmus en Múnich. A partir de entonces creo que mi corazón se dividió, entre España y Alemania. Fui y vine varias veces, en una de las cuales conocí a Adrián, casualmente otro con el corazón dividido ;-).

Justo en el momento de quedarme embarazada planeábamos ir a Sudamérica, a Escandinavia… Y no es que el embarazo no fuera buscado, sino que con el bebé nos saltó el resorte automático de parar y dejamos esos viajes en stand-by.

Así es, nacen los niños y el ritmo cambia, todo se para. Quizá esto os suene a algún@s…

Pero ¿tiene que cambiar tanto como para renunciar a una pasión?

¿Tener hijos supone estar atad@s a un lugar fijo, hasta que lleguen a la universidad o más?

He necesitado años para comenzar a pensar que no.  

En primer lugar, encuentros con algunas familias viajeras, como la familia Barnes, familia estadounidense que viaja haciendo worldschooling por Europa, han sido pequeños toques de atención que me han dejado alerta.

Más adelante, esta pasada primavera, el ver en la red más ejemplos de familias me ha dado alas para volver a soñar. Y después de soñar, para planificar y ver posibilidades.

aeropuerto

Existen cientos, miles de familias en el mundo, que viajan todo o gran parte del año. Hay quien viaja solamente los meses de verano, quien se escapa  unos cuantos meses en invierno, quien pasa una temporada larga cambiando constantemente de lugar, quien pasa varios años en un lugar y decide moverse a otro… Las posibilidades son infinitas.

Lo que tienen en común estas familias es que viajan más despacio, adaptándose a los ritmos de los niños. Eligiendo lugares apropiados, que les garanticen cierta seguridad y confort básico. Y si los niños no acuden a ningún centro escolar, buscan compañía de otras familias, para que algo tan básico como la necesidad de juego entre iguales quede cubierta.

Así que ya está. Ya nos sentimos libres para planteamos el worldschooling como modo de aprendizaje, libres para viajar en familia…

Pero ¿cómo lo hacemos con el trabajo?

Libres en el trabajo

Nos pasamos sentados en aulas un mínimo de 10 años de nuestra vida. Son muchos años en que tenemos que hacer, hora tras hora, lo que se nos dice que hagamos.

Libertad para desplegar nuestros intereses o desarrollar nuestra iniciativa: cero.

Lógicamente, cuando llega el momento de decidir qué hacer, a qué universidad ir o cómo formarnos para desempeñar un trabajo, no tenemos ni idea de por dónde empezar. Porque nunca nos han dejado descubrir qué nos interesaba de verdad y ponerlo en práctica.

Yo he vivido eso en carne propia. He pasado muuuchos años dando tumbos hasta que por fin he descubierto que llevar un blog y todo lo que conlleva me encanta. He necesitado casi 20 años de mi vida para ponerme siquiera en el camino de mis intereses.

Adrián, mi pareja, acudió varios años a un colegio Waldorf, con lo que su educación fue algo diferente a la convencional. Más adelante no se sintió forzado a ir a la universidad, aunque lo hizo (supongo que de alguna manera también en su cerebro se había formado la idea de éxito=universidad), pero sin acabar la carrera montó su agencia de traducción.

Él no ha sentido nunca la necesidad de seguir una enseñanza reglada y es más bien autodidacta. Además, trabaja en casa desde hace casi 5 años (antes trabajaba entre casa y la oficina).

Ahora mismo tenemos, por tanto, la libertad para trabajar donde queramos y en lo que nos gusta.

Nuestros próximos pasos

Desde Irabela’s quiero ir reportando nuestros próximos viajes y más adelante ir ofreciendo servicios en el blog.

Adrián continuará trabajando para su agencia de traducción y lo combinará con su nuevo proyecto de marketing online y acompañamiento a emprendedores.

Estos dos últimos meses hemos estado worldschooleando por Alemania, una maravillosa experiencia de prueba para lanzarnos a por más.

A partir de enero planeamos lanzarnos 6 meses a por la siguiente experiencia de viajar, aprender y trabajar en movimiento. Barajamos México, con una elevada población worldschooler, o Tailandia, donde también sabemos que acuden muchas familias con niños. Pero quién sabe dónde acabaremos.

En cualquier caso, estamos decididos a compartir nuestras vivencias con quien quiera apuntarse. Si queréis ir conociendo los preparativos de nuestro viaje y acompañarnos en él os esperamos en mi blog.

Un abrazo a todos… Y, quien sabe, ¿igual nos vemos worldschooleando?

aqui los cuatro

 

Y tú, ¿quieres ser también nuestra amiga nómada? Aquí te contamos cómo. ¡Anímate!