Estambul, la que fuera Constantinopla, es, además de la capital más poblada de Europa, una ciudad de contrastes y de experiencias para los sentidos. Esto es, posiblemente, lo que convierte esta ciudad en principal destino turístico. En datos,  Turquía recibió más de 40 millones de turistas el año pasado y la mayoría hicieron parada en Estambul. Si ya hablar de su población, unos 16 – 17 millones de habitantes puede dar vértigo, pensar en la cantidad de visitantes que recibe, cuanto menos, ya provoca curiosidad…

Si vas con poco tiempo, como fue mi caso, vas a tener que visitar Estambul por zonas, es una ciudad inmensa, y con dolor tendrás que seleccionar y dejar cosas para “tu próxima visita”. Y digo “tu próxima visita” porque, sin duda, querrás volver. Además, Estambul es ciudad “stopover, al menos con Turkish Airlines. ¿No sabes lo que es un stopover? Mi compañera Ana te lo cuenta en su post «Stopover con fundamento”.

Plaza de Sultanahmet con Santa Sofía al fondo. La combinación de palmeras y nieve resulta chocante.

Plaza de Sultanahmet con Santa Sofía al fondo. La combinación de palmeras y nieve resulta muy curiosa.

Yo sólo contaba con un día y una mañana, así que me quedé con la zona de Sultanahmet y alrededores porque, aunque había mil cosas y zonas de Estambul que me llamaban la atención, había una que quería explorar sí o sí: Sultanahmet. Tal vez sea la zona más turística de Estambul, pero es que tiene muchos “encantos” localizados en un área no muy grande. El tiempo no era bueno, me cayeron buenas nevadas, pero me divertí muchísimo y creo que la nieve hizo mi experiencia aún más inolvidable. Disfruté de un Estambul vestido de blanco y, aún así, lleno de vida.

Plaza de Sultanahmet con la Mezquita Azul de fondo.

Plaza de Sultanahmet, Mezquita Azul de fondo.

Bien, ahora sí que empezamos… ¿Qué cosas tienes que ver y/o hacer en Sultanahmet y alrededores? Al final puedes encontrar unos cuantos «datos prácticos» sobre el tipo cambio, visado y alguna cosilla más.

Santa Sofía

Su nombre significa algo así como casa de divina sabiduría. Hagia Sophia en inglés, y Aya Sofya en turco, ha sido construida completamente 3 veces. Ha sido basílica, después mezquita y hoy en día es un museo. Ha sido la inspiración y base de muchísimas otras mezquitas de Estambul, entre otras, la Mezquita Azul de Sultanahmet.

Horario de apertura: 09.00h – 17.00h en invierno y 09.00h – 19.00h en verano.

Precio: 30 TL.

Más información en: http://ayasofyamuzesi.gov.tr/en.

Santa Sofía

Santa Sofía

Mezquita del Sultán Ahmed. Mezquita Azul.

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Detalle interior de la Mezquita Azul.

Se la conoce por Mezquita Azul por la cantidad de azulejos azules que visten sus paredes. Como te decía antes, fue construida a imagen de Santa Sofía, pero es mucho más pequeña, que no menos bonita.

Entrada gratuita.

Horario de apertura: 09.00h – 19.00h.

A tener en cuenta:

  • Los horarios de oración. Durante este tiempo no se permite la entrada a visitantes y, obvio, tampoco se permite tomar fotografías o grabar.Ilustración práctica vestuario mujer.
  • El vestuario.Te tienes que descalzar para entrar. En la entrada te dan bolsas de plástico para que metas tu calzado y lo lleves contigo si quieres, pero también lo puedes dejar en unos muebles zapateros que hay en la entrada, sin vigilancia, eso sí. El único requisito de entrada para los hombres es que lleven pantalones largos o las piernas cubiertas. Las mujeres deben llevar el pelo y los hombros cubiertos, y también las piernas. Si por casualidad no fueses “preparada” para la ocasión, no te preocupes, en la entrada te prestan un pañuelo y algo parecido a una falda como los de esta ilustración que te encontrarás varias veces antes de entrar. Nota: los leggins no cuentan como pantalones, te lo digo por experiencia.

Cisterna de Yerebatan (Cisterna Basílica).

El palacio sumergido (así lo llaman en turco) fue construído bajo tierra y tiene más de 300 columnas de una altura que te hace sentir pequeña, muy pequeña. Abastecía de agua al Palacio de Constantinopla y, más tarde, también al Palacio de Topkapi. Las cabezas de medusa que hacen de base a dos de estas columnas son, aún hoy, fuente de inspiración para muchas teorías porque no se conoce su origen.

Una de las misteriosas cabezas de Medusa.

Una de las misteriosas cabezas de Medusa.

Horario de apertura: 09.00h – 17.30h en invierno y 09.00 – 18.30h en verano.

Entrada: 20 TL.

Más información en: http://yerebatansarnici.com/.

Cisterna de Yerebatan.

Impresionantes columnas de la Cisterna de Yerebatan.

Palacio de Topkapi.

Fue sede administrativa del Imperio Ortomano y hoy es el palacio más visitado de Turquía, todo el mundo recomienda visitar primero el Tesoro y el Harén por la cantidad de visitantes que recibe y, también, porque es muy fácil perder la noción del tiempo allí. La entrada al Harén se paga a parte y hay en zonas en las que también debes seguir un “protocolo de vestimenta”, pero te facilitan prendas de vestir si las necesitas.

Acceso al Palacio de Topkapi. Fotografía de Ziortza Bayón.

Acceso al Palacio de Topkapi. Fotografía de Ziortza Bayón. ¡Qué diferente con colores!

Horario de apertura: 09.00h – 17.00h en invierno y 09.00h – 19.00h en verano.

Entrada al Palacio: 30 TL.

Entrada al Harén: 15 TL.

Más información en: http://topkapisarayi.gov.tr/en.

Harén. Palacio de Topkapi. Fotografía de Ziortza Bayón.

Harén. Palacio de Topkapi. Fotografía de Ziortza Bayón.

Baño turco.

¿Cómo vas a estar en Estambul y no te vas a dar el capricho de visitar un baño turco? La mayoría de personas con las que había hablado del tema recomendaba principalmente uno, quizá algo turístico, pero que conservaba la esencia de otra época: el Çemberlitas Hamami.

Entrada al Çemberlitas Hamami

Entrada del Çemberlitas Hamami.

Todo el mundo cuenta la experiencia como una “gran paliza” y yo iba preparada para alucinar en colores… me visualicé saliendo en carne viva porque tengo la piel bastante sensible, ¡menuda imaginación la mía! El caso es que alucinar, aluciné, pero bien: no sé si es que me vieron muy “blandita”, o muy primeriza en lo que a hamamis se refiere, o que, sencillamente, me vacilaron exagerando aquella experiencia “tan strong” porque a mí me trataron con suma delicadeza… Y, bueno, la experiencia de ver cómo los copos de nieve se colaban por los agujeritos de la bóveda mientras estaba tumbada sobre una base de piedra caliente no creo que la olvide fácilmente. ¡Me encantó!

Interior del hamami: zona de vestuarios y sauna

Interior del hamami: zona de vestuarios y sauna.

Bazares: Gran Bazar y Bazar de las Especias (Bazar Egipcio).

Tampoco podía estar en Estambul y no dar una vuelta por sus mercados, dicen que precisamente ahí se encuentra “la esencia” de un lugar. Son sitios curiosos donde te puedes parar a observar la vida, su vida, y sumergirte en ella sin apenas darte cuenta, pero además, y esto es lo que me más me gusta, despiertan de golpe mis cinco sentidos y me llevan a un mar de sensaciones… ¡me encantan!

Colores y olores de los bazares...

Colores y olores de los bazares…

Visita obligada, creo que con esto se resume todo. Si sólo quieres pasear y ver el ambiente, mejor pásate por la mañana. No hay mucha distancia entre ellos, máximo 10 minutos andando y de camino aún parecerá que estás en un bazar al aire libre. A mi me cautivó el Egyptian Bazaar, es más íntimo, pequeño y mucho más colorido, pero en el Gran Bazaar sentirás cómo el tiempo se para

Horario de apertura: 09.00h – 19.00h, excepto domingos y festivos.

Más información en: http://grandbazaaristanbul.org/Grand_Bazaar_Istanbul.html.

Puesto de en el Bazar Egipcio de las especias.

Narguiles. Tienda del Bazar Egipcio.

Narguile.

Un narguile es una cachimba (o shisha) y también el local donde se fuman.  Son punto de reunión, también, entre los habitantes de la ciudad. Se acompañan con té turco (que no me gustó nada) o té de manzana. ¿Quién puede irse de Estambul sin fumar un narguile? Aquí sí que no puedo poner precio aproximado porque no me acuerdo, pero la verdad es que nada en Estambul se me hizo caro, de eso sí me acordaría… básicamente porque viajo con presupuesto mochilero.

Puente de Gálata y Torre de Gálata.

Este puente une la parte occidental o europea de Estambul con la parte asiática u oriental. Cuando estás a la mitad te sientes como en medio de ninguna parte. También se puede disfrutar de unas preciosas vistas del Bósforo, del Palacio de Topkapi  y de más lugares increíbles en la distancia, mientras que ves a los locales pescar y a los turistas embarcar en el puerto. Desde la torre se puede disfrutar de una de las mejores vistas de Estambul, no pude visitarla porque pasé más tiempo del que había planeado en los bazares y es que, como os digo, entre colores y olores… ¡perdí la noción del tiempo!, es algo que tengo en el top de mi lista para mi próxima visita.

Vista de la Torre y el Puente de Gálata desde la zona europea.

Vista de la Torre y el Puente de Gálata desde la orilla europea.

Puente de Gálata.

Puente de Gálata.

Datos prácticos:

Visado para españoles: 25 EUR. También se puede abonar este importe en USD. Duración 90 días. Información sobre todas las nacionalidades en http://www.mfa.gov.tr/visa-information-for-foreigners.en.mfa.

Cambio medio que encontrarás en Sultanahmet: 1 EUR = 3,10 TL (Enero 2016).

Si, además de esto, te queda tiempo para hacer algo más, no lo dudes y da un paseo en barco por el Bósforo. Yo me quedé con ganas de hacer un mini-crucero por él…  y, bueno, muchísimas cosas más…

Vista del Palacio de Topkapi desde la orilla asiática.

Vista del Palacio de Topkapi desde la orilla asiática.

La gente es extremadamente amable. Es uno de los países que he visitado que más me han sorprendido por la amabilidad de sus gentes. Les gusta hablar con Occidentales y estarán dispuestos a ayudarte para cualquier cosilla. En algún caso hasta te acompañarán a la dirección a la que quieras llegar.

Dormir en Estambul es barato. No recomiendo ningún alojamiento ni restaurante porque, aunque estuvieron bien no creo que merezca la pena destacarlos y menos recomendarlos. Dormir en un dorm  te puede salir por unos 6-7 EUR por noche y en habitación individual/doble por unos 20-25 EUR. De ahí para arriba, según calidad del establecimiento elegido.  

Si quieres probar suerte, reservando a través de este enlace de Airbnb, te darán 25 € de recompensa al registrarte y completar tu estancia, y a mí otros 15€ por haberte recomendado, ¡ganamos amb@s! Puedes mirar las condiciones aquí.

La comida y la bebida en Estambul también son baratas. La cocina local merece ser explorada y, además, les encantan los dulces. Para los golosos es un auténtico paraíso. Los kebabs y dürum nada tienen que ver con los que hayas probado aquí, a mí nunca me han llamado especialmente la atención, pero es verdad que allí ¡son diferentes y están muchísimo más ricos!

Dulces típicos turcos.

Dulces típicos turcos.

Otros platos que merecen la pena probar son la sopa de lentejas (rojas o verdes, está aún más rica si la riegas con un chorrito de limón natural) y unas albóndigas de carne de ternera o cordero con especias que sirven con salsas de yogur muy ricas. Sopa en turco es Çorba, la sopa de lentejas rojas se llama mercimek çorba y las albóndigas se llaman Köfte y hay muchísimas variedades. Los vinos de Cappadoccia pueden acompañar todo y están riquísimos, pero la cerveza Efes tampoco es mala opción.

¿Recomiendo visitar Estambul en invierno? ¡Sin duda! Es más, siempre he pensado que hay lugares que bien merecen la pena ser visitados en tiempo cálido y en tiempo frío porque cambian completamente. Como te decía al principio, Estambul es una ciudad de contrastes que no te dejará indiferente en ninguna estación del año y tener la oportunidad de disfrutarla en épocas del año totalmente opuestas a la fuerza debe seducir aún más.

¡Volveré!

¡Volveré!

La próxima vez que viaje a Estambul será con algo más de calor, porque sé que habrá una segunda visita, esto no se puede quedar aquí… ¡Tengo ganas de conocerte aún más, Estambul!

Te animo a que me dejes en comentarios tus consejos sobre las cosas que no debo perderme en primavera-verano para mi segundo viaje a Estambul y espero que te hayan sido de ayuda los míos. Si sabes de alguien al que le puedan ayudar… ¡no dudes en compartirlo!

Gracias por las aportaciones, Zior, por todas, y también miles de gracias a un par de duendecillos nómadas que me apoyaron en la distancia… estoy segura de que no habría sido lo mismo sin todas ellas.