Escrito por: Laura Cosculluela.

Este escrito va dirigido a todas las mujeres que han decidido ser libres y valientes. También espero que llegue a aquellas que todavía se sienten indecisas y paralizadas por miedos ajenos a sí mismas. No nos engañemos, desgraciadamente todavía vivimos en un mundo de hombres, y como tal, ser mujer supone un obstáculo más para ser libres. Sobre este tema ya escribí un artículo para la asociación «Mujeres en Igualdad», os invito a todas a que lo leáis.

Para luchar contra esos miedos decidí comenzar a escribir mi blog personal, al que he llamado Viajera sin Fin, para poder compartir mis experiencias como viajera solitaria, aventura que comencé hace ya más de 2 años. Mi blog no es un simple diario donde queden anotados los lugares que visito, sino que hablo sobre todo de cómo me siento yo en cada paso del camino. Empiezo por esa superación tan difícil que supone dejar atrás todo lo anterior, lo seguro y confortable, y lanzarse hacia lo desconocido con los ojos cerrados. Y continúo con el aprendizaje constante, sobre cómo convertirse en nómada, acostumbrarse a vivir con sólo un puñado de pertenencias, sobrevivir con muy poco dinero, y acomodarse a esas relaciones fugaces que ocurren por el camino y que (casi) siempre tienen una duración muy breve.

Mirando al mar

Pero el aprendizaje más importante para mi ha sido el ver la belleza del mundo, amar este planeta en el que vivimos y a todo lo que contiene. Nunca había tenido un amor tan grande como el que he desarrollado desde que soy nómada, el conocer tantos lugares tan distintos y personas tan diferentes me ha hecho desarrollar unos sentimientos muy fuertes hacia nuestro mundo. Ver la tremenda bondad por parte de personas desconocidas en muchos lugares diferentes, me ha hecho cambiar mi punto de vista sobre la humanidad. Antes pensaba que las personas somos por defecto egoístas e interesadas, y durante todo este tiempo ese pensamiento ha dado un giro de 180º. He aprendido a creer en las personas y confiar en ellas, y me he equivocado muy pocas veces.

Aventuras en Suecia

Otra cosa muy importante para mi ha sido aprender a creer en mi misma y en mi propia fortaleza. Este es un aprendizaje lento, en mi caso se ha desarrollado pasito a pasito desde que comencé mi andadura, aunque en mi último viaje el paso ha sido mucho más grande a este respecto. Pasé 2 meses en Suecia, país que me encanta por su naturaleza y su gente bondadosa. Es este tiempo he pasado mucho tiempo en las montañas, en el recorrido conocido como “Kungsleden”, que significa “Camino de Rey”; es el trek más famoso del país y se extiende desde Abisko hasta Hemavan, 440 kilómetros en total, por medio de las montañas. La montaña es un lugar que te enseña muchas cosas sobre ti misma. Yo, por ejemplo, he aprendido que soy mucho más fuerte de lo que pensaba, tanto física como psicológicamente. En lo físico, me di cuenta de que yo misma me ponía límites que sólo existían en mi cabeza; yo pensaba que no podía soportar en la espalda más de X peso en mi mochila, o que no podía caminar más de X kilómetros al día. En esas montañas aprendí que estaba equivocada, podía llevar mucho más peso y caminar muchos más kilómetros, sólo debía tener un objetivo, ponerme a ello y hacerlo. Soporté dolor y cansancio, pero lo conseguí. Esta experiencia me ha hecho replantearme el por qué nos ponemos trabas a nosotras mismas, por qué nos creemos menos capaces de lo que en realidad somos. Así que mi consejo es sencillo: simplemente lánzate y ¡hazlo! Es la manera más sencilla y eficaz de comprobar tus posibilidades.

Bellas montañas suecas

Para mi ha sido una de las mejores cosas que jamás he hecho. También en el plano personal, el pasar varios días en soledad, rodeada nada más que de naturaleza (increíblemente preciosa), que se te llenen los ojos de lágrimas al llegar a lo alto de un pico, por sentirte tan pequeña pero tan grande al mismo tiempo, aprender a estar bien contigo misma, y darte cuenta de que no necesitas nada más para ser feliz… es una paz interior inmensa, e incomparable a cualquier otro placer.

Por todo esto, os animo a todas a convertiros en nómadas, aunque sólo sea por un tiempo, y os aseguro que nunca volveréis a ser las mismas.

Acampada en Suecia

Y ahora os presentamos a la autora de este post para que la conozcáis un poquito más:

«Soy Laura, una chica española, treintañera (aunque sigo sintiéndome como una niña), y creo que la mejor descripción de mi misma sería “ciudadana del mundo”, aunque en las siguientes líneas intentaré describirme un poquito más.

Me gusta cuidarme, por dentro y por fuera; como sano, me preocupo por mi salud, y también por mi físico. Disfruto pintando y dibujando, escuchando música (mucha música), leyendo, sobre arte o simplemente novelas, y últimamente lo que ocupa todas mis horas es la artesanía textil, ya que me encanta hacer cosas con las manos más allá de teclear.

Siempre me he considerado poco conformista, aunque ahora me doy cuenta de que han habido momentos de mi vida en los que sí lo he sido, y he aceptado cosas que no me acababan de convencer (o que directamente no me gustaban), simplemente porque “era lo que tenía que hacer”. Ahora me arrepiento de esas decisiones, por el simple hecho de que en ese momento debería haber hecho otra cosa que me hiciera más feliz. Pero no miro al pasado, sé que no sirve de nada.

A grandes rasgos, no me arrepiento de nada, ya que creo que cada paso que uno da en la vida, le lleva por el camino que luego ha de recorrer, y quizá si en algún momento hubiera tomado otras decisiones, hoy no sería la persona que soy.

Siempre había sido muy agnóstica, nunca había creído en nada que no fuera terrenal, tangible y que pudiera comprender racionalmente. Pero por situaciones que he vivido, y por toda la experiencia de mis viajes, he empezado a creer en las energías y fuerzas que escapan a lo científicamente explicable. He sentido esas energías, y para mi ya no es algo ajeno y extraño.

Soy una persona independiente, siempre lo he sido, pero en los últimos tiempos me he dado cuenta de hasta que punto lo soy. Me las sé arreglar muy bien solita, de hecho me encanta buscarme la vida por mi misma. Aprecio muchísimo mi libertad, total y absoluta.

Soy valiente, no me da miedo lo desconocido, sólo un cierto respeto. No tengo miedo a dejar de lado las comodidades, y ya casi no recuerdo lo que es estar “en la zona de confort”.

Me siento nómada, habitante del mundo; todos los lugares pueden ser mi casa, y a la vez ninguno.

Quiero vivir mi vida como un manifiesto a la libertad y a la rebeldía. No quiero acatar las normas de la sociedad, no quiero ser una oveja más del rebaño, que va donde le dicen y hace lo que le mandan. Quiero vivir a mi modo, sin disculparse por ello, y sin que nadie me lo reproche.

Quiero vivir una VIDA con mayúsculas, plena y disfrutada en cada momento. No quiero vivir con prisas, con la sensación de que se me ha pasado la vida sin darme cuenta. Quiero ser absoluta protagonista en cada escena, disfrutando cada momento plenamente.»

Si quieres seguir los pasos a Laura Cosculluela y conocerla más, puedes visitar su blog en Viajera sin Fin.

Y tú, ¿quieres escribir también en Miradas de Mujer? Aquí te contamos cómo. ¡Anímate!