Llevamos 2 días en Roma… ¿y no hemos visto el Coliseo? Paciiieeencia…que el plato fuerte es para hoy.

Desde Termini cogemos el bus 64 o 70 y bajamos en Argentina, para ir caminando hasta la Iglesia del Gesu.

 

Es el primer templo jesuita del mundo. Lo más característico de esta iglesia es su bóveda. Decorada con frescos que crean una inaudita ilusión de profundidad. Además hay varias capillas muy interesantes.

Seguimos caminando hasta la Piaza Venezia.

 

El monumento a Vittoria Emanuele II o Vittoriano: Este grandilocuente monumento fue concebido a finales del XIX en honor del rey Victor Manuel II. Su complicado programa iconográfico habla de la Patria italiana, los mares que la circundan, sus virtudes cívicas, y conceptos como la Libertad, el Pensamiento y la Acción.

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Parece inevitable hablar de sus dimensiones: los bigotes del rey, en la estatua ecuestre, miden un metro, y dentro del caballo se dio una cena para 12 personas.

El monumento ha sido desde el principio muy controvertido, ya que no parece encajar en Roma, capital del clasicismo. Se han inventado para él todo tipo de motes peyorativos: tarta de bodas, máquina de escribir…

En la terraza más cercana a la calle hay dos pebeteros con una llama que nunca se extingue y dos soldados hacen guardia permanentemente junto a la tumba de un soldado caído en la Primera Guerra Mundial.

Madame Lucrecia es una de las famosas estatuas parlantes de Roma donde los ciudadanos colgaban carteles denunciando las quejas que no se podían proclamar en público. Está situada junto a la entrada de San Marcos.

Avanzamos para llegar a la Piazza del Campidoglio. Desde el mirador se pueden ver los restos de una casa romana de época imperial, uno de los pocos ejemplos que quedan en Roma.

 

Al fondo a la derecha también tenemos unas excelentes vistas del foro.

Aquí (en el porche de Santa María in Aracoeli) se encuentra la Boca de la Verdad. Se creía que esta gran boca formulaba oráculos, pero, sobre todo, se la utilizaba para someter a los mentirosos al juicio de Dios. El acusado introducía su mano en la boca: si era inocente, la conservaba; si cometía perjurio, la perdía. Asi que, cuidadito al meter la mano ;)

Caminamos hasta los Foros Imperiales.

 

Llegados a este punto, tenemos que echarle imaginación al asunto, porque lo que queda no son más que restos. Es inevitable pasar por su lado y no sentir nada especial sin hacernos una idea de lo que en realidad era esto en su época de esplendor.

A modo de resumen, este foro fue creado para ampliar el Antiguo Foro, que se les había quedado pequeño. Empezó siendo una ampliación insignificante y acabó siendo el lugar donde se concentraban las fundaciones ideológicas, administrativas, jurídicas y comerciales de la ciudad.

De aquí vamos al Foro Romano.

 

Es el lugar donde se desarrollaba toda la vida ciudadana en la antigua Roma: la política, la justicia, el comercio, la vida social y el culto a los dioses. Era el corazón de la Ciudad y está cargado de recuerdos de los principales protagonistas de su Historia.

El Palatino. Es donde residía la clase dirigente romana.

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Cabe decir que estos dos lugares necesitarían un post completo para ellos, si necesitáis más información, dejad un comentario o mensaje privado y os la ofreceré. Para mi gusto, lo mejor de Roma, es historia pura, hay que dejarse llevar y pensar que estáis en esa época. Es importantísimo llevar una guía o un resumen detallado, el cual os puedo pasar encantada a quien lo necesitéis. Por su extensión es imposible escribirlo aquí.

Y ahora ya si, con la imagen de lo que fue Roma en nuestras cabezas, con la sensación de que estás en otra época, nos dirigimos al Coliseo.

 

Fue el primer anfiteatro del mundo de piedra. Durante los cien días que duró su inauguración se mataron más de cinco mil fieras, algo impensable a día de hoy, pero recordad que estamos en el año 80.

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Una grandiosa procesión abría los juegos. Los gladiadores entraban en la arena detrás de los magistrados. De aquí surge la clásica frase «Ave César, los que van a morir te saludan». Varios duelos tenían lugar al mismo tiempo sobre la arena, y el público apoyaba a una u otra categoría de gladiadores.

Los gladiadores aún están por la zona y te puedes fotografiar con ellos, previo pago de unas monedas.

En el exterior, encontramos el Arco de Constantino, por el que pasaban los emperadores a la llegada a la ciudad de una victoria.

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Seguimos el camino hasta San Clemente.

De esta basílica cabe destacar que son dos en una. La actual, a nivel de calle y la antigua, sobre la que está cimentada la actual. Se pueden visitar las dos y es como viajar en el tiempo, de lo moderno, de la opulencia, a lo clásico, simple y humilde.

Paseando llegamos a San Juan de Letrán.

 

Es la iglesia más antigua del mundo, y lo más interesante se encuentra en el exterior: un obelisco (el más grande y antiguo de la ciudad); y la Scala Santa (los devotos suben los 28 escalones de rodillas).

Seguimos hasta Santa Cruz de Jerusalén.

 

Contiene bastantes reliquias, entre ellas tres trozos de la Vera Cruz, un clavo, dos espinas de la corona de Cristo, uno de los 30 denarios recibidos por Judas, etc…

Después de este gran recorrido, lo que apetece es un helado o trozo de pizza y descansar, así que tomamos el metro A desde San Giovanni hasta Termini.

Y aún queda un día más. No por ser el último iba a estar exento de sorpresas, así que no te las pierdas y síguenos en nuestro cuarto día en Roma . Si además quieres ver los días anteriores, aquí tienes los enlaces:

Día 1 en Roma

Día 2 en Roma