Escrito por: Bélgica Cárdenas.

 
Casi un año desde que partí a ese gran viaje, por distintas tierras, por distintas sensaciones, por distintos desafíos, por distintos recuerdos…
 
Dejé todo lo seguro, solo oyendo algo inexplicable que me llevaba, me llevaba, me llevaba. Reconozco que no fue difícil decidirme, pues habían varias cosas en mi vida que ya no me acomodaban, al parecer yo había cambiado radicalmente de talla y todo lo que alguna vez creí tener, querer o lograr ya no tenia nada de sentido.
 
Chachapoyas, Perú

Chachapoyas, Perú.

Había viajado otras veces sola, el más largo hasta ese momento fue de un mes. Unas vacaciones soñadas que me acercaron a ese deseo de ver, de llenar mis ojos y mis poros de mundo, de sentirlo ya no a través de una pantalla, como era hasta ese entonces.

 
Por fin partí después de varios sobresaltos, mezclados con la magia y la simpleza que se va mostrando y resolviendo todo lo que sale al paso.
Iba sin fechas ni ruta, solo algunos lugares que si o si quería recorrer dentro de mi ruta por Sudamérica, mi ruta soñada, mi ruta añorada, que ni yo misma sabia que tenía.
 
Laguna Parón, Huaraz, Perú

Laguna Parón, Huaraz, Perú

 
Tuve una crianza que siento que no me enseñó de limites de género por ser mujer, aunque curiosamente si hubieron cuestionamientos de mi familia, que por qué sola, por qué ahí, por qué sin fechas… 
 
Mi decisión no se veia influída por viajar sola, no era tema para mí, pero si sabia que tenia que tener algunos resguardos para sentirme tranquila. Y también me parecia claro que para muchas si podía ser una traba.
 
Todo lo que llevaba era mi mochila, ropa y un cuaderno en blanco donde podria expresar y tantas otras veces vomitar mis sentires. También de alguna manera intuitiva y/o afortunada me llevé herramientas de protección mágicas, que me ayudaban a contenerme, a cariñarme, a sentirme…
 
Y el trayecto…. ¡Uf! 
Bolivia, Perú, Ecuador, fue tan lleno de todo y de distintas etapas, el querer hacer y recorrer todo, oír mi cuerpo y darme descansos, después ir más lento. De picores cuando ya me sentía cansada o no quería algo… fue todo un descubrirme, todo un desafio, pero también procuré hacerlo de manera amorosa conmigo, porque ese era mi objetivo: traerme, cuidarme, pasarlo bien.
 
Corioco, Bolivia

Corioco, Bolivia

 
Fueron casi 5 meses, con harta naturaleza, con varias compañías, pero también muchos, la mayoría de los momentos a solas.
Algunas veces llorados y otros tantos (también en su mayoría) bailados, cantados y disfrutados. Hoy veo las fotos y leo mi blog y me digo, «¡guau lo que hice!» y automáticamente se desborda por cada átomo mío una sonrisa que aún me eriza la piel.
 
Quiero citar algo que escribí antes de irme:
 
«…Si eres mujer y quieres ir a pesar de la no compañía de otros o quieres intentarlo…voh dale!!! Los limites son sólo nuestros y/o aprendidos. Y sí, al ser mujer probablemente te toparas con cosas y sensaciones que quizás un hombre no se encontraría (y viceversa) y sí implica ir muchas veces con cuidado o incertidumbres, pero como una gran amiga me dijo: “anda con las antenitas bien activas» pero sigue continúa, descubre eso que añoras, escúchate, encuéntrate y sobretodo disfruta…”
 
Copacabana, Bolivia

Copacabana, Bolivia

 
Y sabes, después de un año que partí, que ya volví y que quiero volverme a ir.
Te puedo decir que el oír eso que te llama (sea viajar o cualquier cosa), que salir de tu zona de confort, abre un camino que no se si tiene fin o será un recorrido que continuaré toda la vida, pero sin duda no me arrepiento y doy gracias, por lo afortunada que he sido de poder hacerlo, de atreverme, pero sobretodo de lo que cree y encontré: A MI 
 
Tuve que irme, para traerme
Tuve que perderme en senderos y calles, para encontrarme, tuve que preparar mi tierra, en otras tierras, para darle suelo fértil a mi semilla.
 
Puyo, Ecuador

Puyo, Ecuador

Con este texto quiero compartir como ha sido ir descubriendo y abriéndome a esos anhelos que golpe se te revelan, a pesar de que siempre estuvieron enclavados en algún pedacito de tu corazón.

Llega el momento en que todo el puzzle calza… ese globo terráqueo que tenias en la infancia y que tanto te gustaba mirar y memorizar.
Que tu nombre evoque un país o hasta que te hayan procreado en un hotel con nombre de país.
Todo, todo calza.
Eres una viajera buscando mundos de allá afuera, como el que llevas vibrando dentro tuyo, viajando siempre, viajando por geografías o sensaciones, ese viaje que nunca se acaba, porque ese TU viaje ha comenzado.
 
 

Si quieres seguirle los pasos a Bélgica y no perderte ninguno de sus viajes, puedes visitar su web en Bélgica es más que un país.

Y tú, ¿quieres ser también nuestra amiga nómada? Aquí te contamos cómo. ¡Anímate!