Escrito por: Rakel Nuñez.
El verano pasado un anuncio de un estreno en cartelera llegó a mi pantalla y pinché: Walk with me (se encuentra doblada como «Camina conmigo»). Cuenta la vida diaria del Monasterio Plum Village conocido en el suroeste de Francia cómo Village des Pruniers. En la película acompañamos a los futuros integrantes de la mayor comunidad mindfulness del mundo a la renuncia de su cabello y todas sus pertenencias.
Entre ese lugar y otras sucursales repartidas por el mundo comparte sus enseñanzas el maestro Tchich Nhat Hanh, vietnamita de origen y nominado al Premio Nobel de la Paz. Fue pionero en traer el budismo a Europa, donde ha fundado monasterios, centros de práctica y publicado más de cien libros en varios idiomas.
Puedes vivir tú también esa experiencia con una estadía de semanas, previo pago y entrevista de selección. Aunque hay una forma de conocerles simplemente: visitar el monasterio un día de puertas abiertas (normalmente los domingos).
Y hace 7 años yo lo hice…
De casualidad alguien que apenas me conocía me dijo en francés: «Budismo», «comunidad», «viaje», «
Aún no había amanecido, Rolekka abrió la puerta del coche y salimos rumbo a la Dordogne. Dejamos atrás los viñedos que dieron paso a los árboles frutales, lagos y viejas casas de piedra.
Descubrimos que llegábamos cuando nos cruzamos con el primer monje por el camino. Me llené de viejas sensaciones que me transportaron a Camboya. Pero no estábamos en Asia. Llegaban por los caminos y no todos eran asiáticos… jóvenes de toda Europa convertidos en monjes, alejados de la sociedad, sonrientes y con mirada clara.

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Pasé rápidamente por todas las propuestas y talleres y me perdí por los rincones del bello jardín. Durante unas horas me sentí como una esponja, entre el humo hipnótico del incienso y el corazón a ritmo de gong.
Un escondite para la paz, reducto para la espiritualidad en medio de una sociedad tan europea como la francesa.
A ella le dejé escuchando unas palabras, mejor dicho sintiendo, porque su oído le estaba abandonando. Erguida, como uno de esos pinos del bosque a los que ella le habla cuando nadie la escucha. Y yo seguí a un grupo que marchaba solemne en marcha meditativa.
Te puede interesar más o menos la religión o la espiritualidad pero para mí fue un regalo. Una experiencia diferente a todo lo demás ya que sucedía aquí y no en una alejada región del sudeste asiático.
Destaco de esta andadura la oportunidad que tuve allí de conocer a personas que han tomado importantes cambios de rumbo en sus vidas. Nacionalidades y edades variopintas en escucha y apertura. Lo que menos me gustó quizás fue cómo rompía la magia la gran tienda de souvenirs, librería, restaurante…
Estuvimos con mucha gente sin hablar, sólo valía mirarse. Invadidos por la calma y el peso del presente, comenzamos a escuchar unos susurros, pero no éramos nosotros, eran los arbustos quienes hablaban, eran las gotas de rocío que sonaban a eco de tormenta, eran las ranas del estanque cantando su jornada, eran las hojas que descendían de los árboles quienes nos traían su canción.
Y eso, amigas, es un viaje. Un viaje sin despegar los pies de la tierra húmeda.
7 julio, 2018 a las 08:55
Gracias Rakel por compartir,
He estado también allí en Plum Village hace 3 años y tal cual describes, la paz te inunda por dentro nada más llegar y compartir una sonrisa de bienvenida.
El lema que más me llegó al corazón fue: «ya he llegado, ya estoy en casa», que se dice también a modo de mantra durante la meditación caminando….Y como mujeres nómadas que somos, es lo más bonito que puedes sentir. Todo paso que das, en la dirección que sea, es tu destino, tu casa…..
31 julio, 2018 a las 23:33
Hola Carol!Cómo me alegro que lo disfrutaras!Cómo tu dices el mantra de la casa nos pega mucho a las nómadas!Un fuerte abrazo
20 abril, 2020 a las 09:08
Que esta practica de «Atencion Plena» o Mindfulnes esté llegando a tanta gente y formando tantos grupos me produce una enorme alegria, me encantaria conoceros y abrazaros a todas-os (cuando alejemos al covit 19) Buena practica para todos.
23 abril, 2020 a las 12:36
Gracias por tu comentario… ¡Abrazos a ti también, Luisa!
2 julio, 2020 a las 11:17
Hola Luisa ! Cuando todo esto pase , si Mujeres Nómadas vuelve a organizar una Mochitrip ( encuentro) , podemos practicar juntas! Un abrazo
28 junio, 2020 a las 22:39
Hola estaré en Francia en octubre y me gustaría saber su ubicación para ver si me puedo quedar unos días
2 julio, 2020 a las 11:23
Hola Gabriela! Ahora ya están en varias partes de Francia. Yo estuve en el de Thénac que es el del reportaje y la película. De momento solo están haciendo encuentros online, ya que siguen cerrados por Covid. En su web plumvillage.org tienes toda su info, ubicaciones y demás. Ojalá lo disfrutes!!!!
15 septiembre, 2020 a las 16:44
Vivo en Argentina.Ctes .Me identifico demasiado con la vida monástica y el budismo zen.Si tras el covid hay un encuentro y viaje con otras mujeres(x lo q lei) quisiera sumarme.Gracias.