Escrito por: Belén Lobeto.
La aventura en Bolivia comenzó entrando desde el Perú, tras una semana allí. El autobús que nos llevaba desde Puno, la orilla peruana del Titicaca, tardaba unas 4 horas.
Si llegas a Bolivia por frontera terrestre, ten en cuenta que el autobús hará una parada antes de llegar a la misma para cambiar moneda. ¡NI SE TE OCURRA ser tan turista de hacerlo! Los operadores tienen un trato concertado con esas casas de cambio y la gente se baja sin pensar, y les timan dándoles mucho menos cambio del que debería cuando en el mismo paso fronterizo hay casetas donde te dan un cambio más aproximado a la realidad.
Para que os hagáis una idea: 1€ estaba a 7,30 pesos bolivianos cuando yo pasé la frontera. La concertada ofrecía el euro a 6,50 pesos bolivianos y en el paso fronterizo lo conseguías a 7,20. No seáis tontos, porque además la frontera está llena de casas de cambio donde podéis preguntar y ver cuál os ofrece más.
A 8 km. de la frontera y a orillas del Titicaca está el pueblecito de Copacabana, en la misma orilla del lago, turístico, pero muy relajante. Os dirán en el autobús que hay que pagar 2 pesos bolivianos por entrar al pueblo. Pelearlo y no los paguéis, es otro timo al turista ya que dicha tasa no existe ni recibes ticket.
Tip 1. Os van a intentar cobrar por todo. Al loro. Desangrar la cartera del turista es un clásico de la zona. Preguntad precios en varios sitios y regatead siempre que podáis…
Una vez en el pueblo, nuestra misión principal era llegar a Isla del Sol y hacer noche allí, así que fuimos al puerto y allí compramos el viaje de ida. Hay varios puestos de boletería, preguntad en todos y REGATEAD, REGATEAD, REGATEAD. Os cobrarán 25 pesos bolivianos (3,5€) pero se pueden sacar por 20 pesos bolivianos (2,85€) y hasta por 15 pesos bolivianos (2,14€).
Las lanchas salen a las 8:30 a.m. y a las 13:30 p.m. Nosotros cogimos el último horario y para hacer tiempo paramos a comer en uno de los muchos garitos que hay en la orilla.
Son muy bonitos, con mucho mimbre y totora, pero evidentemente MUY turístico, y muy caro (para ser Bolivia). Puedes comer un sándwich por 15 pesos bolivianos y una hamburguesa por 20 pesos bolivianos. No está mal de precio si lo pasamos a €, pero insisto, es Bolivia.
Ya en el bote, recomiendo encarecidamente USAR FACTOR 50 porque el sol abrasa que da gusto a esas horas. Subir a la parte de arriba del bote y disfrutar de las vistas, de tus compañeros de travesía, de tus pensamientos y de la sensación incomparable de encontrarte en el Everest de la navegación. Nunca más navegarás tan alto. Y tienes aproximadamente 1 hora y 45 minutos para poder empaparte de todas esas sensaciones.
Otro dato importante que no te dicen es que al llegar a la isla, parte norte, TE VOLVERÁN A COBRAR. Sí, una vez más otra tasa, ésta es por entrar en un museo que sinceramente no merece la pena, su precio es de 15 pesos bolivianos. Se suelen quedar sin cambio, así que con suerte no la pagas, pero a cambio te quedas sin visitar las ruinas, que es el mayor atractivo arqueológico que tiene la zona norte de la isla.
Buscar alojamiento no es difícil ya que según pongas pie en tierra, un enjambre de niños te asaltará con ofertas que rondan los 20/30 pesos bolivianos por persona, por cama y ducha con agua caliente (2,85€/4,30€ aprox.).
Yo me alojé por 25 pesos bolivianos (3,6€) en una casita en la misma playa. Todos los alojamientos son similares, casitas familiares de ladrillo con las comodidades justas, así que yo tampoco emplearía mucho tiempo en dar vueltas con el alojamiento ya que la calidad va a ser similar.
Tip 2. Te parecerá que a la gente de Copacabana y de la isla les molestas. Te contestan mal y sin gana, y te miran de medio lado. Ten paciencia. Apenas hablan español, son descendientes de los aymara, y les cuesta. Lo del turisteo no lo acaban de llevar bien. Y además son tímidos.
Para aprovechar la tarde, fuimos buscando las ruinas más importantes del norte. El lago es uno de los lugares más espirituales de la cultura inca, ya que de ahí salió el dios creador Wiracocha. La Roca Sagrada, la Mesa de Sacrificios o el Laberinto o Chinkana (era un centro residencial de sacerdotes formado por un intrincado laberinto de pasillos y escaleras que hoy día aún se puede explorar), fue uno de los lugares de peregrinación más importantes del Imperio Inca.
Una caminata de menos de una hora en pendiente suave te lleva hacia ellas, siguiendo la línea de la costa y pudiendo disfrutar de unas vistas del lago y la isla realmente espectaculares y unos cuantos animalicos que campan a sus anchas por la isla. ¡Nunca había visto cerdos y gallinas en la playa!
Las ruinas están un poco descuidadas pero no deja de impresionar ver la mesa de sacrificios y su emplazamiento, así como el impresionante Laberinto o Chinkana.
Recomiendo subir al pico que hay tras ésta última ruina y esperar allí la puesta de sol. Sin duda merece la pena, pero hay que abrigarse bien puesto que ¡el viento tira que da gusto! No en vano estamos a casi 4000 metros.
Cuando cae la noche, sobre las 19 horas en esta época del año, poco más queda que hacer en Isla del Sol que entrar en alguno de los restaurantes que hay enfrente del muelle para cenar un menú completo por unos 25 pesos bolivianos. Se recomienda probar la trucha local aunque siempre tienen opción vegetariana.
Es recomendable llevarse algo de comida si no se quiere gastar mucho, ya que la isla es cara, y en los restaurantes se suelen quedar sin comida. También es posible acampar si lo que pretendemos es quedarnos un par de días para disfrutar de la isla tranquilamente y sin dejarnos el presupuesto.
Si tenéis tiempo, es interesante madrugar al día siguiente y hacerse la ruta de 3 horas hacia el sur para ver las ruinas del Templo del Sol, aunque el sur es aún más turístico, más caro y con conexión wifi (en el norte no había ni cobertura telefónica) que te cobran por minutos.
Nosotros teníamos prisa, así que decidimos volver a Copacabana. Las lanchas salen a las 8:30 a.m, 10:30 a.m y 13:30 p.m, siendo su precio de 30 pesos bolivianos (4,3€) IMPOSIBLE REGATEAR, ya que solo hay una boletería y o pagas su precio, o te quedas en tierra.
Tip 3. En la isla no hay ni cajeros, ni datáfonos, ni cambio de divisa, y la mayoría de las veces no tienen cambio, tenedlo en cuenta si la visitáis y no queréis tener malos rollos ni perder pasta.
Y a las 8:38 a.m, solo con 8 minutos de retraso y sin llenar la lancha, volvimos hacía Copacabana.
**Gracias a Jordi Clement por compartir camino conmigo.
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