Malasia, un país del Sureste Asiático que a mí, personalmente, me cautivó; esconde una pequeña porción de tierra rodeada de agua que poca gente conoce y que queda relegada a un segundo plano dada su cercanía a las conocidas islas Perhentian. A tan sólo 6 km de la costa este de Malasia, en la zona de Terengannu, espera Pulau Kapas a ser visitada.

Su nombre, Kapas, se traduce como algodón. Puede ser que sea debido al color blanco de sus playas, o puedes buscarle el lado poético y que se deba a que estar allí es como estar en las nubes, en nubes de algodón. Signifique lo que signifique, la verdad es que atrapa. Muchos son los que llegan y no se quieren ir.

Isla de Kapas

¿Qué tiene Kapas para ser tan especial?

Kapas es una pequeña isla de arena blanca con unas playas preciosas, resguardada en algunas zonas por acantilados de piedra, que alberga en su interior una frondosa jungla con palmeras y mucha vegetación. Su agua, turquesa, transparente y cálida invita a sumergirte para descubrir mucha vida, en la que incluso puedes ver tiburones y tortugas a pocos metros de la costa.

Pero si hay algo que hace a Kapas especial, es el buen rollo que se respira en la isla. Al ser pequeñita y haber poco alojamiento, acabas conociendo a mucha gente en la isla. Y una mañana das un paseo con unos, una tarde meriendas con otros… y a los pocos días te das cuenta que tienes una familia allí.

Playa de Kapas

¿Qué puedes hacer en Kapas?

Kapas sobre todo invita al descanso, al relax, a tumbarte en una hamaca y leer un buen libro. A paseos al atardecer, a comer rotis con leche condensada, a bañarse en el mar turquesa, a aprender a partir cocos que caen en la jungla y que no hay nadie que los venda, que te los regala la isla, a convivir a veces con lagartos, a disfrutar del silencio o del sonido del mar al dormir.

Pero si todo esto te parece poco, además puedes hacer un trekking por la jungla, puedes alquilar kayaks y darle la vuelta a Kapas, puedes visitar una cueva con miles de murciélagos, puedes hacer snorkel, puedes disfrutar de mini conciertos sin esperarlo, o puedes jugar al atardecer al volley.

Y de regalo extra, muy muy cerca tienes una isla privada muy pequeñita que bien merece una visita. Se llama Pulau Gemia. En ella hay un santuario de tortugas pequeñas donde están bien protegidas hasta que son mayores y se pueden liberar. También cuenta con una zona de arrecife donde se pueden ver tiburones.

¿Lo mejor de todo? Que casi todo es gratuito. Si llevas unas gafas de snorkel, exceptuando lo de los kayaks, el resto es gratis.

Atardecer

¿Dónde alojarse en Kapas?

Hay unos pocos alojamientos y de diferentes precios. Uno muy conocido es el KBC. Pero yo recomiendo, sin lugar a dudas, el Longsha Campsite. Es un camping ubicado al este del puerto al que llegas. Tienen tiendas de campaña que puedes alquilar por 15 MYR (unos 3 euros) por persona y noche. Además del precio, disponen de cocina en la que puedes cocinar gratuitamente. Eso sí, tienes que traer la comida antes de llegar a Kapas, porque en la isla hay muy pocos lugares para comprar y sólo tienen lo básico. Pero el dueño del camping a veces hace viajes a Marang y le puedes encargar provisiones.

Camping Kapas

¿Cómo llegar a Kapas?

Desde Marang salen barcos a diario desde el puerto. Cerca de allí hay un mercado donde se puede comprar la comida que vayas a necesitar. Los billetes de barco son de ida y vuelta. Para regresar sólo tienes que avisar en tu hostel un día antes y ellos se comunican con la empresa del barco y pasan a recogerte en unos horarios previamente establecidos.

En resumen, en Kapas se queda algo de cada uno que lo pisa. Tiene un no se qué, que te atrapa, que hace que no te quieras ir de allí. Un lugar al que sabes que volverás. Al que muchos llegan por un par de días y se acaban quedando un mes.

Un lugar que tiene un poquito de una persona muy especial para mí. Un poquito de mi amiga María. Quiero imaginar que sigues allí, en el paraíso de Kapas, viendo esos atardeceres rosados y leyendo un libro en una hamaca.