Escrito por: Luciana Chippano.

El 13 de enero de 2016 hizo un año que di mi primer paso, en realidad el primer paso lo di mucho antes cuando decidí comenzar a viajar. Pero un día como ese un año atrás eso que era una decisión y mucha imaginación se materializó hacia este viaje que aún no terminó y, no tiene fecha final.

“Uno es historia, ¿Qué hay para adelante? Caminos…".

Haroldo Conti

Se podría decir que comencé el 2016 viajando y lo terminé viajando.

Mi viaje comenzó en bicicleta de Chacabuco a Bragado, por un camino de tierra “el camino ancho a Bragado”.

 

Iba a comenzar el 12 de enero, pero ese día llovió y ESE fue el primer mensaje que el universo me dio: señal de que estaba a mi favor.

Vos estarás pensando que por lo contrario si llueve y me impide salir sería algo negativo, pero no fue así, el haber llovido me permitió que al otro día el camino esté en excelentes condiciones para transitar en bici, si no hubiera llovido, todavía estaría intentando avanzar en un camino con un colchón de tierra suelta.

En fin, el 13 de enero, tomé la bicicleta y di la primer pedaleada hacia un sueño que quería hacer realidad. Un sueño con dos facetas por un lado tenía en mente, hacía bastante tiempo, llegar a Bragado en Bicicleta y por otro lado quería comenzar a viajar, por eso uní los dos desafíos, tomé la bicicleta y empecé a rodar sin saber cuando iba a volver.

Rodando durante mi aventura

En el medio del camino quería encontrarme con un árbol al cuál Haroldo Conti le escribió un cuento.

“He preferido un viaje, o mandarme a mudar o una aventura,

al dinero o a tantos otros beneficios” .

Haroldo Conti

El árbol afortunadamente no lo encontré, me perdí y llegué a un campo dónde me invitaron a pasar, terminé almorzando en la mesa dónde Haroldo se sentaba a escribir, luego me indicaron cómo llegar al Álamo Carolina, lo vi, y seguí viaje feliz.

En el camino ancho a Bragado, entre Chacabuco y Bragado. Foto con el álamo Carolina.

Ya iba la segunda señal que podría haber tomado negativamente, sin embargo, perderme no fue en vano.

Cada vez estoy más convencida de que todo lo que me ocurre, es lo mejor para mí, si bien a priori puedo pensar que es algo negativo, como perderme o que llueva el día que iba a salir, con el correr del tiempo, termino entendiendo que es lo mejor que me podía pasar, a pesar de que en ese momento mi cabeza pensara lo contrario.

Algo me llamó la atención y fue que en un momento dado del comienzo del viaje, me empezó a seguir una nube de mariposas blancas que me acompañaron un tramo del camino. Como soy curiosa busqué el significado de las mariposas, leí que hay muchísimos significados, pero uno es universal y es de transformación y evolución en la vida.
Increíble justo en un momento dónde daba el primer paso hacia mi evolución interior me ocurrió eso.
Pero como yo soy más curiosa aún seguí buscando, quería saber cual era el significado de las mariposas blancas, y me encontré con buen augurio y prosperidad, genial.

Hay que confiar en el universo, que si estamos en el camino correcto conspira a nuestro favor. Confiar es una de las cosas más importantes que aprendí en viaje y de las cuales estoy muy contenta de haber incorporado.

La bicicleta fue mi compañera de viaje durante 300 km, de Chacabuco a Bolivar ,y duró aproximadamente una semana.

En esa instancia el próximo destino era muy exigente para mí, ya que al no llevar carpa y estar sola, iba de ciudad en ciudad y la próxima era muy lejos para llegar en bici entonces, decidí cargarla en un colectivo y viajar a Bariloche, el viaje continuó con pedaleadas por Bariloche hasta que envié la bicicleta y continué con mochila.

De Bariloche me fui a El Manso donde hice mi primer Workaway, luego el Bolsón y finalizó en Esquel luego de tres meses.

Workaway durante mi viaje

Éste fue mi primer viaje sola y aprendí muchas cosas, que la libertad no tiene precio y que el tiempo es lo más valioso que tengo.

Perdí muchas mañas que tenían que ver con la comodidad en la cual estaba acostumbrada a vivir: a comer lo que hay, a no depender de un inodoro ni de una ducha, a tener frío, a mojarme, a estar bajo el rayo del sol, a caminar para poder enviar una señal de vida, a cosechar mi propia comida.

Aprendí también que la soledad te ayuda a conocerte, que el tiempo vale más que el dinero.

Qué los días críticos no hay que tomar decisiones, hay que esperar a que pase la tormenta, y cuando uno ve las cosas con más claridad ahí si decidir.

Que hay muchas personas diferentes, con distintas historias, distintas realidades, diferentes sueños, distinto todo.

Hay que aceptar a cada uno como es. Ni mi manera de viajar es la mejor, ni la de la persona que tengo al lado, cada uno traza su camino siguiendo sus deseos. No todos buscamos lo mismo, ni queremos la misma vida.

Aprendí a agradecer.

Gané mucha confianza en mi misma superando miedos y ganando seguridad.

Conocí personas, escuché historias, entendí que a pesar de que es un mismo país y una misma cultura hay formas muy diferentes de vida.

Los días que me sentía sola me ayudaron a entender, que en realidad estoy sola, que la vida es mía y soy la única persona encargada de mi felicidad, de mi sueño y mi destino, que soy yo quién debe trazar mi camino y construir mi historia.

Y volví con el principal objetivo cumplido: tener menos miedos y más seguridades.

Bariloche Rio Ñirihuau

En junio me embarqué a mi segundo proyecto: viajar a Europa.

El desafío fue mayor en ese momento tenía ticket de vuelta, ahora ya no lo tengo: decidí no volver.

Llegué al aeropuerto de Madrid sola y me sentí una hormiga en este inmenso mundo.

Llegar al hostel solo dependía de mí así que comencé a moverme.

Aterrizar en Europa sola me cargó de muchos otros desafíos, luego de recuperarme del jet-lag que hizo que duerma 20 hr., comencé la aventura, volví a atravesar miedos y a reforzar mis seguridades.

En Europa aparecieron nuevos retos, manejarme sola en paises con distintas lenguas, tener miedo a quedarme sin dinero.

Conocer personas de diferentes culturas y entendernos, darme cuenta que muchas veces con una mirada o una seña basta y que no es necesario que hablemos el mismo idioma.

También descubrí que viajando, estando en movimiento uno encuentra tesoros:

Conocí a Paco en una plaza de Granada, que con 92 años me contó orgulloso su historia de vida y me regaló un escrito porque resultó ser un poeta.

Conocí a Almudena Grandes porque me la crucé en un museo y no a través de una recomendación (fue la primera vez que leí un libro porque el universo me puso enfrente mío a la propia escritora).

En Málaga conocí la librería de mis sueños.

En Europa…

Seguí confiando en que todo estaría bien y captando las señales y las herramientas que el universo me fue poniendo enfrente, seguí agradeciendo y contemplando la naturaleza.

Muchas veces me pasó de levantarme sintiendo que me iba a comer el mundo y otras pensando que el mundo me comería a mí.

También estuve en una isla (Fuerteventura), que ni sabía que existía, por 3 meses y medio y, terminé sintiéndome parte de ella, recorriendo cada rincón y viviendo el trabajo interno más fuerte que viví en todo el viaje.

Fuerteventura, camino a Corralejo, Islas Canarias, España

Experimenté las playas nudistas, en Fuerteventura me encontré con la sorpresa de que las playas eran mixtas (nudistas y no nudistas) y eso me dejó mucho: que somos todos iguales, que no hay que tener vergüenza de mostrar el cuerpo y, que la belleza no se mide por lo externo.

En Argentina cada vez más son los tabúes que se marcan respecto al cuerpo ideal, sobre todo de la mujer y, ver personas diferentes paseándose por la playas desnudos sin prejuicios me hizo entender que eso es una parte de ser libre, poder desprenderse de los prejuicios que de alguna u otra manera nos condicionan haciendo que hagamos cosas que no elegimos y solo lo hacemos para que no nos señalen.

Y así de a poco sigo superando objetivos, hoy escribo desde Tailandia, si me preguntabas hace un año dónde pensaba estar hoy, jamás hubiera respondido Tailandia y eso es lo lindo de fluir con la vida, de librarse a lo que vaya sucediendo, que todo te sorprenda, estar acá fue un desafío grande, muchas personas me decían que era peligroso, que tenga cuidado, etc.

Tailandia, Isla Koh Ngai

Hoy estoy acá hace 12 días pero hasta el momento, los tailandeses me parecen personas muy amables y simpáticas, se brindan a ayudarte sin que les pidas nada y eso me hace sentir muy cómoda, anduve por la calle de noche y jamás sentí miedo.

Por eso, muchas veces hay que experimentar por nuestra cuenta y no dejarnos envolver por miedos de otros, que quizás, hablan sin jamás haber venido al país o porque vivieron alguna situación particular que le puede suceder a cualquiera en cualquier lugar y generalizan.

Hace 5 meses que me rodean mariposas y eso sabiendo el significado me pone contenta.


Ya que sigue: evolución, transformación, buena suerte, prosperidad.

 

Todas palabras que me encantan y quiero que estén siempre en mi vocabulario.

Estoy muy feliz de compartir mi experiencia con ustedes, hoy celebro un año de viaje, y no se que me deparará dentro de un año? Ojalá les guste y deseo un excelente 2017 para todos, que puedan ir detrás de sus sueños y, que el miedo no los detenga!

 

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