Escrito por: Elsa Silvera.
Somos poco más que 3 millones, por eso decimos siempre “acá nos conocemos todos”. Mezcla de razas, de ritmos, colores y paisajes.
Nuestra gente, gente sencilla que se caracteriza por saludar aun sin conocerte.
Tierra de playas oceánicas, de grandes olas y verdes aguas, pero también de aguas dulces, de nuestro hermoso Río de Plata.
Tenemos la certeza de que en nuestro país podemos llenar todas tus expectativas, te podemos encantar y llenar de glamour en la costa esteña que desborda vida por las noches, pero también tenemos la paz de nuestro campo, la belleza de nuestros cerros y el disfrute de que puedas ver el nacimiento de nuestros más grandes afluentes de agua dulce desde donde manan como un hilo frío para convertirse en torrente que nos baña.
Lugar lindo este en que me tocó nacer, paisito repleto de tradiciones, donde el mate acompaña en cada jornada y forma ronda de amigos casi sin proponérselo; tierra sin indígenas, con pocos descendientes, pero con la fortaleza de nuestro pasado enraizado en nuestros pechos, esa “garra charrúa” que nos identifica en todo el mundo, esa que se llevan nuestros mejores futboleros, porque acá si hay algo que se hace es jugar al fútbol, sin distinción de género acá se palpita cada Mundial y por eso afirmamos: “Cuando juega la celeste, juegan tres millones”.
Y cuando de raíces y ancestros hablamos no puedo dejar de contarte que el ritmo que nos caracteriza es fruto de la esclavitud, de esa época colonial donde se arrancaba a los negros de su tierra natal y se los traía a la fuerza para ser vendidos como esclavos, de ellos, de esa población afro-uruguaya legamos un ritmo que nos hace vibrar al son de tambores, chico, repique y piano se unen y nos llenan de magia, en cada golpe del tambor sentimos que el pecho explota y nuestro corazón late casi al unísono, para desprender las tristezas, para que al bailar podamos aferrarnos a la tierra y tocar el cielo al mismo tiempo.
Por ello es cada año se lleva a cabo en este país, ¡el carnaval más largo del mundo! Y a esta fiesta maravillosa se une el desfile de Llamadas, donde las agrupaciones de negros y lubolos desfilan por la calle Isla de Flores, lugar donde antiguamente vivían los negros, en caserones llamados conventillos. Este desfile tiene por nombre “Llamada” porque eso es lo que hace, suenan los tambores y es un llamado a salir a la calle, a bailar, a expresarnos, a vibrar al ritmo de las lonjas; así de esa forma se “llamaban” a escondidas los negros esclavos, para poder rendir culto y homenaje a sus creencias, para honrar su tierra aun estando en otra, de las cosas más hermosas que nos han legado.
Como mujer, como amante de esta tierra, como candombera de alma negra y piel blanca, como enamorada de este cielo y nuestros ríos, es que te recomiendo que pises nuestro país con el alma abierta, con la certeza de que te vas a llenar de costumbres, de dichos populares, de mate, de fútbol y miles de Suarez jugando en las callecitas, de tango, murga y candombe.
Somos pocos, somos un corazón que late con orgullo al sur de este continente, somos Uruguay… ¡país de los pájaros pintados y de un río ancho como mar!
Y tú, ¿quieres ser también nuestra amiga nómada? Aquí te contamos cómo. ¡Anímate!
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