Escrito por: Idoia Esteban.

El 18 de Junio del 2017, comenzamos nuestra gran aventura en familia: “Aprender a ser una familia nómada”. Preparamos nuestra casa rodante, una furgoneta de 20 añazos que tantas cosas buenas nos está trayendo, y arrancamos sin rumbo fijo a conocer maravillosos lugares y gente que habita en nuestro planeta.

Nos hemos puesto como reto recorrer Europa en un año, pero nos encantaría no tener límite y dar la vuelta al mundo. Por algún sitio había que empezar y nos decantamos por Europa, continente desconocido para nosotros que teníamos ganas de visitar y más cercano a lo que hasta el momento había sido nuestra casa. Hasta día de hoy, hemos recorrido 11.000kms, visitado 10 países y convivido en 4 casas de gente que aun sin conocernos de nada nos han abierto sus hogares.

Hemos visitado Francia, Bélgica, Holanda, Alemania, Dinamarca, Polonia, República Checa, Austria, Italia, Suiza… ¡Y lo que nos queda!

De todo lo visto hasta el momento, todos los países han tenido algo que nos ha gustado, pero como todo en la vida, siempre hay lugares que te enamoran; Dinamarca “el país de las sonrisas”, República Checa “y su amabilidad”, Italia “la bella y rica tierra”

La aventura no ha acabado y estamos intentando que dure el máximo tiempo posible, porque vivir de esta manera es posible, es super enriquecedor para nosotros, tanto a nivel personal como familiar.

Antes de comenzar, pensábamos en si seriamos capaces de vivir todos en una furgoneta, sin espacios individuales; niña, padre, madre y perrita… que no os lo hemos dicho, pero en este viaje no podía faltar Txibas, nuestra perrita viajera.

Pensábamos en si necesitaríamos muchas cosas materiales, si tendríamos problemas en adaptarnos… un millón de dudas. Pero fue arrancar y en muy poco tiempo todas las dudas empezaron a evaporarse. A día de hoy, no hemos tenido problemas de espacio, tampoco hemos echado en falta muchas cosas materiales, ni ha habido problema que impida que sigamos KM-treando.

Somos felices, nos encanta ver a nuestra hija feliz, verla crecer sana, fuerte con curiosidades y ganas de aprender respetando su ritmo. Ver sin filtros sus progresos, acompañarla en el proceso, tener tiempo para ella sin prisas de por medio… ¡Un sueño hecho realidad!

Para llegar a esta situación hemos tenido que modificar nuestras antiguas vidas. Los dos trabajábamos fuera de casa y compartíamos la crianza de Aysel y mantenimiento del hogar. El tiempo en familia era inexistente, cuando mi jornada laboral finalizaba comenzaba la de Eneko dejándonos muy pocos momentos para convivir y disfrutar en familia.

Teníamos claro que ese ritmo no estaba siendo positivo para nosotros, que algo había que cambiar. Además, con la llegada de Aysel, ese sueño que teníamos dentro de salir a conocer mundo floreció. Decidimos apostar por el cambio de vida, queríamos cumplir nuestro sueño, queríamos mostrarle a nuestra pequeña el maravilloso mundo en el que vivimos.

Lo que más necesitan los niños es jugar y descubrir. Y de sus padres/madres lo que más necesitan es tiempo junto con ellos. Si viajas en familia tienes tiempo, un tiempo con calidad.

Si has traído niños al mundo tienes que salir a mostrárselo. Se teme lo que no se conoce, quítales ese miedo. Que vean con sus propios ojos el maravilloso mundo en el que vivimos; llévalos de tu mano.

Que nadie les haga tener miedo de otra gente, que vean de sus ojos que vestir de otra manera, hablar otro idioma, comer otras cosas o rezar distinto no es malo, solo diferente. ¡Qué maravillosa que es la diversidad!

Nos pusimos manos a la obra, había mucho que preparar. Comenzamos a ahorrar todo el dinero que podíamos, informarnos de los sitios que íbamos a visitar, temas médicos, etc. Nuestra casa rodante necesitaba hacerle unas mejoras y eso sumaba más al presupuesto de nuestro proyecto. No nos salían las cuentas y había algo que hacer, no hay sueño imposible si hay ganas de por medio.

Eneko es guitarrista flamenco y se nos ocurrió grabar un CD con su música para aligerar gastos. La venta no fue nada mal, pero teníamos que conseguir más ingresos.

Una prima nuestra nos diseñó un logotipo precioso que podríamos poner en camisetas y todo lo que se nos ocurriera para vender a nuestros cómplices de sueño. La respuesta fue buena y conseguimos hacer frente a las mejoras de la furgoneta. Esto nos llevó a pensar en la venta en movimiento, en muchos de nuestros destinos, colocamos una pancarta, Eneko puso la música y yo conté nuestra historia a todo el que quiso conocernos. Esto ha sido clave a la hora de conseguir autofinanciación.

Nos animamos a documentar nuestra experiencia principalmente porque nos gustaría que fuese una “cápsula del tiempo”, que cuando Aysel crezca, pueda disfrutar al igual de nosotros de todo lo vivido. También para que la gente que alguna vez soñó o sueña con este tipo de vida viera nuestro recorrido y quien sabe, quizá alguien se anime a dar el paso. Y tú, ¿te animas a viajar con nosotros?

Si quieres seguir los pasos a Idoia Esteban y conocerla más sobre su viaje en familia, puedes visitar sus blogs en www.elviajedeaysel.com y www.aprendiendoasernomadas.com.

Y tú, ¿quieres ser también nuestra amiga nómada? Aquí te contamos cómo. ¡Anímate!