Escrito por: Beatriz Frontiñan.
Marruecos es un país exótico, mágico, su extraña combinación de caos y encanto provoca un hechizo que te atrapa cuando descubres sus rincones, sus olores, sus sabores, sus paisajes, su cultura, su arte y la amabilidad de sus gentes.
Este viaje, es uno de esos que recuerdo de una forma especial, fue mi primera vez para muchas cosas como celebrar el fin de año en el extranjero, montar en un 4×4 y ver amanecer en el desierto. Además, estuvo lleno de buenos momentos junto a mi amiga Raquel, al guía Ali un gran conocedor de su país y a Natalia y Roberto, una pareja estupenda.
COSTUMBRES Y ALOJAMIENTO
ALOJAMIENTO
Si buscas un lugar especial, cercano a la cultura marroquí con un buen servicio, una opción muy recomendable son los riads. Éstos, suelen tener un ambiente acogedor, agradable, tranquilo, ofrecen un trato personal y la gran mayoría son muy económicos. Son antiguos palacios y casas tradicionales transformados en preciosos alojamientos. Normalmente se componen de un bonito patio central, alrededor del cual hay cinco o seis habitaciones y sobre este hay otro piso superior con otras tantas estancias. El desayuno que ofrecen es el típico marroquí y también suelen dar comidas. Algunos, también disponen de otros servicios adicionales como azoteas, hammam o baño turco y muchos de ellos ofrecen excursiones.
GASTRONOMÍA
Entre los platos más típicos se encuentran el cuscús (pasta de sémola), el tajine (guiso de carne y verduras), la harira (sopa de carne, verduras y legumbres) y la repostería donde destacan los dulces elaborados con miel, almendras, pistachos, nueces, coco o sésamo ¡¡están riquísimos, probadlos!!.
COSTUMBRES
El regateo es un arte en este país y en ocasiones no hacerlo puede ser una ofensa. Eso sí, sólo hay que regatear si se tiene claro que se va a comprar el artículo. Es cuestión de paciencia, intuición y saber cuánto se quiere pagar. Beber té a la menta, es una ceremonia en Marruecos y un signo de amistad para la cultura bereber. En ocasiones, se ofrece té a los visitantes como una muestra de hospitalidad y puede ser una oportunidad de conocer a la gente del lugar.
Acudir a un hammam es toda una experiencia, para los marroquíes es un lugar de relación social donde disfrutar del placer de vivir. Al acceder, se divide a las personas por sexos, después se entra a una sala llena de vapor en chanclas y cubierta con una toalla. Allí se puede permanecer sentada el tiempo que se desee con un recipiente de agua y un cazo. Suele pasar habitualmente un kessal, una persona que con un guante de crin exfolia la piel del cuerpo.
A continuación os cuento las etapas del recorrido que realizamos desde Marruecos hasta Zagora, parte de la cual hicimos en 4×4.
DÍA 1- MARRAKECH
El vuelo transcurrió tranquilamente. Cuando llegamos después de dejar las mochilas en nuestro alojamiento, salimos a conocer la ciudad. Empezamos el recorrido visitando los jardines de la Menara (entrada gratuita) situados a los pies del imponente Atlas. Las leyendas cuentan que eran utilizados por los sultanes para sus citas amorosas. Después vimos los jardines de la famosa mezquita de la Koutobia, cuyo acceso también es gratuito. La entrada al recinto religioso está prohibida para los no musulmanes. Luego, nos dirigimos a las tumbas saadíes, aquí reposan los restos de la dinastía saadí que reinó en Marruecos. Destaca la belleza del mausoleo del sultán Ahmed el Mansour. La última visita fue el Palacio de la Bahía, este tiene unos grandiosos jardines, entre sus estancias cabe resaltar el harén, éste constaba de un patio rodeado de diversas habitaciones destinadas a las concubinas del sultán. La entrada cuesta 1 euro.
Jardines de la Menara
DÍA 2- MARRAKECH-OUARZAZATE
Este día emprendimos la ruta en 4×4, nuestro primer destino era Ouarzazate, la ciudad de donde parte la ruta de las kasbahs, situada a los pies del Atlas, en el valle donde se unen los ríos Draa y Dades. La arquitectura tradicional de estos valles pre-saháricos se basa en la fortificación, estos pueblos suelen están rodeados de murallas y tienen al menos una kasbah, que suele ser un edificio de varios pisos con torres de vigilancia en las cuatro esquinas y a veces un patio central. Ese día visitamos la kasbah de Tifoultout, rodeada de palmeras, con buenas vistas sobre la ciudad.
Nuestro 4×4 para la ruta
Imagen de Ouarzazate
DÍA 3- OUARZAZATE-MERZOUGA
Este fue un día intenso, por la mañana visitamos en Ouarzazate la kasbah de Taourirt, perfectamente restaurada. Después, continuamos nuestro viaje hacia Kella M’Gouna, un lugar famoso por sus rosas y perfumes. Posteriormente, nos dirigimos hacia Tinerhir donde admiramos las kasbahs y varios palmerales. En sus alrededores nos esperaba un precioso regalo de la naturaleza, las Gargantas del Todra, paredes naturales de hasta 300 metros de altura. El mejor momento para disfrutarlas es por la mañana, cuando el sol se cuela entre las paredes de las rocas.
Kasbah de Taourirt
Gargantas del Todra
Tras finalizar esta visita, proseguimos por la ruta de las kasbahs hasta llegar a Merzouga. Allí teníamos previsto dormir en jaimas (tiendas de los bereberes) pero debido a la maldita e intensa lluvia fue imposible y tuvimos que alojarnos en un hotel. A pesar de este percance, disfrutamos muchísimo de la fiesta que nos ofrecieron para celebrar el fin de año con comida y música tradicional marroquí, fue una noche muy animada y divertida.
Fiesta con música marroquí
DÍA 4- MERZOUGA- ZAGORA
Tras haber dormido unas cuatro horas nos dirigimos a las dunas del desierto de Erg Chebbi en Merzouga. Allí contemple uno de los mejores amaneceres que he visto, fue un momento mágico, lleno de paz y belleza, ¡¡no os perdáis esta experiencia!!. Tras esta visita nos montamos en los 4×4 para ir hacia Rissani y desde allí continuamos hacia Alnif, un oasis de verdor situado en un valle rodeado de áridas montañas que posee una gran concentración de yacimientos fósiles. Desde allí proseguimos la ruta hasta llegar a Zagora.
Fosiles en Alnif
Al estilo bereber en el desierto
Amanecer en el desierto
DÍA 5- ZAGORA- MARRAKECH
La jornada comenzó dando un último paseo por la ciudad de Zagora, tras el cual emprendimos el regreso a Marrakech. Durante el camino realizamos una parada en Ait Ben Haddou, una fortaleza de casi 100 metros de altura situada en una posición estratégica y rodeada por una muralla. Se alza en el desierto como un grandioso espejismo de piedra y adobe y es una de las kasbahs mejor conservadas del país. Ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad y en ella se han rodado grandes películas como Lawrence de Arabia o Gladiator.
Zagora
Ait Ben Haddou. Fuente: Flickr. Autor: Vince Millet. Licencia Creative Commons
DÍA 6- MARRAKECH- ESSAOUIRA
Esta jornada nos fuimos a Essaouira, una ciudad situada en la costa a unas cuatro horas de Marrakech. Durante el camino, la policía nos paró sin saber porque, por suerte durante poco tiempo. Tras este sobresalto, antes de llegar hicimos una parada en la cooperativa Assous Argane, allí nos explicaron cómo un grupo de mujeres trabajaba el fruto de esta planta (argán) para obtener diferentes productos (aceite, jabones, cosméticos) que posteriormente venden.
Cooperativa Assouss Argane
Puerto de Essaouira
Al llegar, lo primero que hicimos fue ir a ver el animado puerto repleto de pescadores y puestos de pescado fresco, después caminamos por el tranquilo paseo marítimo inundado de gaviotas. Posteriormente, nos adentramos en la vieja medina donde encontramos multitud de coloridas tiendas y bulliciosos cafés. Para comer, elegimos Chez Sam un chiringuito en el puerto donde comimos un rico pescado contemplando el mar. Tras la comida, regresamos contentos de haber conocido este bello lugar.
DÍA 7- MARRAKECH
Este era nuestro último día en Marrakech, así que aprovechamos para conocer mejor la ciudad. Primero, vimos las ruinas del Palacio El Badi, llamado “El Incomparable”, fue edificado por el sultán Saadí Ahmed al-Mansour y en sus buenos tiempos tuvo 360 habitaciones. La entrada vale 1 euro, os recomiendo verlo mejor con un guía.
Palacio El Badi
Después, recorrimos parte de la muralla y de la medina mientras nos dirigíamos a los zocos. Al llegar allí, simplemente deambulamos por sus estrechas callejuelas, dejándonos llevar por los aromas, olores y sonidos, haciendo algunas compras mientras charlabamos y practicábamos el regateo con la gente.
Por la noche tuvimos la última cena de grupo y nos dimos una vuelta por la bulliciosa y animada plaza Jeema el-Fna llena de puestos de comida, encantadores de serpientes, tatuadores de henna, contadores de historias, y disfrutamos de lo lindo contemplando sus espectáculos ¡¡no os los perdais!!.
Animación noctura en la plaza Jeema el Fna
DÍA 8 MARRAKECH-BARCELONA
Antes de tomar el avión disfrutamos por última vez del ambiente de la plaza Djeema el-Fna. Allí nos bebimos un estupendo zumo de naranja recién exprimido, para marcharnos con buen sabor de boca. A pesar de la tristeza por la vuelta, nos consolamos contemplando desde la ventana del avión una preciosa vista de las bellas montañas del Atlas.
Montañas Atlas desde el avión
Espero que os animéis a hacer esta ruta que no os dejará indiferentes.
Y tú, ¿quieres ser también nuestra amiga nómada? Aquí te contamos cómo. ¡Anímate!
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