Escrito por: Pilar Villacampa.

Como coach entusiasta y, en pleno proceso de cumplir mi sueño de hacer la vuelta al mundo, puedo afirmar que al final, lo más importante de viajar no es el lugar que hayas elegido, sino el hecho de que todos llegamos a un mismo destino, desconocido, que se llama: “Una forma diferente de ver las cosas.”

Y es que viajar te cambia, y nunca te deja indiferente. Viajar te sacude el corazón y te roba la mente, dejas de ser tú, para ser él, el viaje y así es como se construye, poco a poco, tu nueva forma de ver las cosas.  

Siempre he pensado que no hay nada más coaching que viajar.

Viajar te hace evolucionar, y salir de tu zona de confort de forma radical, es ir directa, y sin billete de retorno, hacia ese extremo opuesto, donde habita lo extraordinario y pocos tienen el coraje de pisar.

Viajar es aprender cada día, sobre ti, sobre tus límites, sobre tus capacidades, sobre los demás. Viajar es darte cuenta que el mundo no se acaba en las 4 paredes que tú te habías marcado, y a las cuales habías llamado vida, sino que ahora tu casa, y tu vida, se llama mundo, y no se vende por m2.

Cuando inicias un viaje largo y, más si vas en plan mochilero, es normal que te asaltan mil dudas. Así que aquí te dejo algunos consejos para no morir en el intento:

Para antes del viaje

  1. Sentir miedo es normal, asúmelo. Todos los grandes retos y sueños tienen esa parte, pero no te dejes avasallar por ellos. Aprende que tener miedo es la forma en como tu mente, y tu cuerpo, te hacen saber que eso es algo que de verdad te importa.
  2. Visualiza tu objetivo. Imagínate a ti volviendo del viaje: ¿Cómo te sientes habiendo realizado este viaje? y ¿cómo se siente ese yo del futuro no habiéndolo hecho?
  3. Cuando lo plantees, a tus padres o en el trabajo, intenta siempre mostrar los beneficios que te puede reportar esta experiencia: ser más feliz, cumplir un sueño, aprender de otras culturas… Y sobretodo, ensáyalo, antes.
  4. Mucha gente se atreverá a opinar sobre tu viaje. A mi mucha gente me planteó que ¡como iba a dejar ese “vacío” en mi currículum! Nada más lejos de la realidad, una persona que viaja, demuestra tener una serie de cualidades importantes para el día a día de una empresa, entre otras: una mentalidad abierta, una capacidad de adaptabilidad extrema, y una gran responsabilidad y valentía.
  5. Si aún así, no te sientes tranquila… ¿qué tal si te vas con un plan B? Todas las empresas tienen un plan de contingencia, ¿cómo sería el plan B de tu gran viaje?

Durante el viaje

  1. Vacía tu mente, vive el presente y deja de pensar en lo que dejaste en casa. Tu momento es ahora, aprovecha esta oportunidad y este nuevo día de tu gran viaje.
  2. Asume que los imprevistos ocurren, y cuando viajas muchos más! Desde estafas, a trenes que se retrasan y días en que te encuentras mal, ¿qué puedes aprender de esta situación que te está ocurriendo?
  3. Viajar no solo es llenar la mochila… sino también vaciarla… aprovecha tu viaje para deshacerte de todo lo que te pesa demasiado en tu mochila de vida: deshazte de egos innecesarios, prejuicios superfluos y cadenas que te atan al pasado sin dejarte avanzar.

Para después del viaje

  1. Volver a la rutina también tiene sus puntos positivos: volver a ver a tus amigos y família, volver a degustar alguno de esos platos de cocina que tanto echabas en falta cuando estabas fuera, tu sofá y tu cama, el relax de lo conocido… ¿sabrías decirme algunos más?
  2. Ahora que ya has vuelto. ¿Qué tal si buscamos un nuevo objetivo que nos motive a la vuelta? Puede ser un nuevo viaje, un curso que siempre habías querido hacer o un proyecto personal que siempre hayas tenido en mente, ¿se te ocurre alguno?
  3. ¿Qué tal si en vez de estar mal por haber vuelto, le damos la vuelta a este sentimiento y nos sentimos agradecidos por haberlo hecho? Dos formas de enfocarlo, dos resultados distintos. ¿Cuál eliges tú?

Si quieres seguir los pasos a Pilar Villacampa y conocerla más, puedes visitar su blog en www.mujercoaching.com.

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