Escrito por: Verónica Pérez.

Por mucho tiempo, la sociedad ha sido manejaba de forma patriarcal, es decir el poder ha estado en manos masculinas. En muchos países de África, la mujer no tiene ni los más mínimos derechos y por supuesto, mucho menos poder. Sin embargo, en la aldea Umoja localizada en el pueblo Archer Post, en Kenia, el sistema es totalmente opuesto. Tan pronto supe de ellas tome un matatu (transporte público muy incomodo) y viaje más de 300 y pico de kilómetros para ir a visitarlas.

En Umoja, no solo MANDAN ABSOLUTAMENTE LAS MUJERES, sino que además, no se les permite la entrada a los hombres. En esta aldea estimulan la educación de las nuevas generaciones con el apoyo de una organización Alemana, se ha construido una escuela donde no solo asisten los niños de estas mujeres, sino también los demás de las aldeas Samburu con sistema patriarcal.

La aldea Umoja fue fundada en 1990 por la archicorajuda Rebecca Lolosoli. Ella tuvo el valor de denunciar y demandar justicia para las mujeres que en aquel entonces eran violadas impunemente por los soldados ingleses asentados en una base militar en los alrededores.

En sus inicios, Rebecca recibió una paliza que la envió al hospital por parte de los hombres encolerizados por perder su poder. Ellos no fueron castigados por la ley. Sin embargo, eso no la amilanó. Ella continuó trabajando arduamente en su proyecto.

Rebecca Lolosoli ha logrado que las mujeres sean respetadas. De hecho, en el pueblo alguien me dijo que muchos hombres la temían pues aseguraban que ella podía darle una paliza a cualquiera que se interpusiera en su camino. Algunos la describían como «la dura del pueblo»… ¡con quien no se puede estar jugando!

Como si no fuera poco para estas mujeres africanas, tener que caminar kilómetros para conseguir agua y regresar cargando tanques muy pesados de agua en su cabeza, también tenían que soportar abusos sexuales. Cuando las víctimas compartían lo sucedido con sus respectivos esposos en vez de ser apoyadas recibían más castigo considerándolas una vergüenza para la familia. La aldea luego se convirtió en un refugio para mujeres abusadas por sus esposos, quienes después de pagar la dote que exige la familia de la novia, eran tratadas como una propiedad a la cual se le podía infringir todo tipo de castigo a voluntad.

Las mujeres de Umoja también se pronuncian en contra de el casamiento impuesto en la niñez (algunas niñas son ofrecidas en matrimonio a hombres de avanzada edad), la violencia doméstica y la mutilación genital (corte parcial o total del clítoris). Todas estas prácticas eran  muy comunes en las tribus Samburu y desafortunadamente eran consideradas parte inseparable de su cultura.

Actualmente en la aldea Umoja viven más de 40 mujeres que se auto sostienen con la venta de sus ornamentos y artesanías en general. Algunas me dijeron que: ¡No deseaban casarse jamás!

Visite Umoja un Domingo, así que la mayoría de las mujeres estaban en la Iglesia cantando y bailando. Lucy, la muchacha Samburu que va a la escuela y habla Inglés, me mostró los alrededores.

Ellas estaban un poco frustradas pues el año pasado miembros de la tribu Turcana habían robado su ganado. Los techos de sus casas son terminados con estiércol de vaca así que no han podido reemplazarlos como es habitual por haber perdido sus animales.

Días después, conversando  con un señor que me abordó en una bodeguita, me entere que estos robos de ganado son una práctica muy común. Los morans (muchachos jóvenes) quieren ganarse el amor de las muchachas más bellas de su tribu ofreciéndoles el mejor ganado. De hecho, en las canciones de las tribus se reflejan las demandas de las muchachas jóvenes que sólo entregarán su corazón a quién demuestre su coraje trayendo la mayor cantidad y el mejor ganado.

Me pareció interesante que la policía pone en las manos de los ancianos de las tribus envueltas en hechos delictivos la solución de estos problemas. Es decir se reúnen los ancianos que dirigen la tribu Turcana y los de la tribu afectada Samburu para llegar a un acuerdo. En el caso de la aldea Umoja, no se como resolverían  el robo de su ganado pues estas mujeres no se subordinan a la ley de su tribu. Ellas no cuentan con ningún «representante» masculino o «anciano sabio» que represente sus intereses. Supongo que en este caso habría que aplicar directamente los procesos judiciales y la ley de Kenia.

La creación de esta aldea ha inspirado a otras a seguir sus pasos: La aldea Namachi, por ejemplo, permite a los esposos vivir en conjunto con sus parejas, pero solo se permiten aquellos hombres que no sigan el estilo de vida y creencias de los Samburus referentes a la mujer. Ellos dividen las tareas y responsabilidades respetando la igualdad entre ambos sexos. En Supalake, otra aldea inspirada por Umoja, los hombres realizan la mayor parte del trabajo y las mujeres son las que dirigen. Reconozco que, es muy difícil mantener una mirada imparcial en este tema… ¡Pues claro que me encanta que estas mujeres se hayan liberado!

Las pocas señoras, con quien interactué en la aldea Umoja, no hablaban inglés. Solo Lucy había ido a la escuela. Sin embargo, la comunicación fluyó usando el lenguaje universal de la sonrisa, el canto y «moviendo el esqueleto» en el baile… ¡qué fue un factor decisivo, por supuesto!

Siento que todos podemos conectarnos con otros seres humanos, incluso cuando no compartimos el mismo idioma.

La LIBERTAD es algo que considero invaluable en mi vida. La  disfruto plenamente gracias a la decisión que una vez tome de hasta arriesgar mi propia vida en el mar por obtenerla. Por esta razón, ADMIRO profundamente a estas mujeres que han tenido el inmenso valor de crear un espacio de paz, amor, libertad y respeto donde ellas y sus hijos pueden disfrutar de una vida mejor.

Si quieres seguir los pasos a Verónica y conocerla más, puedes leer sus aventuras por el mundo y sus magníficas imágenes en su cuenta de Facebook.

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